Protagonista de la serie de Disney Channel, cantará ante el Papa el 1º de septiembre, en tanto se despide del personaje que la hizo famosa. Su familia está grabando un documental con el ‘detrás de escena’ del éxito.
Es sabido que Martina Stoessel cantará ante la multitud que el papa Francisco reunirá para su Partido Interreligioso por la Paz el 1º de septiembre (evento que incluye a Messi y Zidane). La princesa Tini usará dos vestidos, uno blanco para el show en el Estadio Olímpico de Roma y otro más oscuro, por protocolo, cuando tenga que saludar al Papa, los dos diseñados por Verónica de la Canal. Así de grande es Tini hoy: uno quiere saber qué va a usar. Algo que era inimaginable cuando Tini, a los 15 años, debutó con Violetta, la serie que ahora está en su tercera y última temporada. Ahora, la niña que es capaz de reunir a 250 mil fanáticos cantará En mi mundo y un fragmento de Imagine, de John Lennon. Pero ella insiste: “A mí me encantaría dedicarme a la música. También me gustaría hacer una película… Me pone feliz que estén haciendo un documental sobre mí pero todavía me cuesta un poco esto”. El documental en cuestión es una idea de su familia y está siendo creado a partir de imágenes y grabaciones en el detrás de escena de la gira que la cantante, lista a lanzarse solista, hizo el año pasado. De novia hace meses con Peter Lanzani, se la ve muy feliz en esta etapa.
—¿Te da miedo estar tan a la vista?
—No sé si miedo. Lo que sí es que a veces la exposición uno la elige y no. Estás ahí en el límite. Es como en un lío del que estás en el medio. De repente vos querés cantar, actuar y bailar y al mismo tiempo, te estás exponiendo a miles de personas. Pero creo que lo más doloroso para una persona que está expuesta es la mentira, cuando mienten, cuando se inventan cosas. O cuando hay gente enojada con lo que hacés. Hay maldad a veces. Y eso no lo podés controlar. Eso es de lo peor que te puede pasar. Pero te pasan tantas cosas lindas que no tienen comparación. Es el apoyo lo que te salva: es tener a tu familia, a tu novio, a tus amigos cerca. Disfrutar tu casa. Eso te hace hacer pie.
—¿Tenés miedo de perderte en esa fama?
—No sé lo que es esto. Siempre hay que mantener una vida normal, por así decirle. Para no sentirte una bruja que espera más, más y más.
—Pero nadie arranca así, me imagino, y después ves mucha gente que se pega a esa fama y eso le cuesta el resto de su vida.
—Somos reconscientes de que se va a terminar Violetta. Soy plenamente consciente de eso. Yo entro a algo así sabiendo que el día de mañana puede no recordarme nadie. El éxito es así. Lo he visto suceder. Por ahí, eso les pasa a otros: están ahí arriba y, cuando se termina, bajan mucho. Y eso es lo importante, eso es lo que tengo que saber manejar.
—¿El final?
—No. El saber que esto el día de mañana puede quedar en el recuerdo, como me quedó a mí Patito Feo, que de repente se acabó y los temas son míos, parte de mi vida, y algún día las chicas fanáticas de Violetta van a ser madres y se van a acordar de los temas de Violetta. Eso es lo buenísimo. Lo más lindo es quedar en el recuerdo de la gente.
—¿Sos muy autocrítica todavía?
—No me gusta verme mucho en la TV. Soy muy exigente. Desde lo estético, el maquillaje y todo, hasta mirar como di tal paso. Muy exigente. Igual es bueno, pero es verdad que a veces está de más.
—¿Cómo pensás que se van a sentir los chicos cuando esto termine?
—Para nosotros, es cerrar una etapa increíblemente linda y seguir, y para los chicos es lo peor. A mí cuando se terminó Patito Feo se me terminó la vida. Está buenísimo también ver cosas nuevas, que tengan la chance de vernos como personas normales y no como superestrellas.