Desde Mar del Plata, la diva de «Igualmente Distintos» habla de la relación con el diputado camporista.
Nunca pasa inadvertida. Y aunque asegura que no es una meta en su vida hacerlo, su nombre permanentemente parece estar signado a ocupar un privilegiado lugar junto a la palabra escándalo. Sin embargo, Vicky Xipolitakis (30) este verano había decidido bajar su perfil mediático y demostrar todo lo que puede hacer sobre un escenario. Y arrancó el nuevo año protagonizando “Igualmente Distintos”, una propuesta teatral diferente, en el teatro Cinco Sentidos, junto al cómico Fernando Ramírez. Pero inesperado, repentino, casi traicionero, el amor se volvió a “colar” en su vida de la mano de un político, el diputado del FPV José Ottavis (35) , líder de La Cámpora, separado y padre de un niño. Y una vez más, la polémica iluminó sus hasta entonces tranquilos días en la moderna mansión que habita en una coqueta zona del tradicional barrio marplatense de Los Troncos.
“Esta es mi mejor temporada y ese premio me lo da todos los días la gente con tanto amor que recibo en cualquier lado al que voy. Esta ciudad está revolucionada por tanto amor que me da. El teatro explota desde el día del estreno y eso es una bendición que Dios me suma. Po eso estoy disfrutando todo lo que estoy viviendo. Y sólo quiero disfrutar todo lo que me está pasando que es hermoso. Este verano estoy haciendo algo totalmente distinto a lo que venía haciendo. Colgué las plumas y me sumé a Fer Ramirez que es un gran talentoso y buen compañero que me dio un lugar muy importante a su lado. Me colocó como capa cómica y es un sitio que disfruto cada vez más y que me muestra cada día más real”, dice Vicky, verborrágica, acelerada, sin pausas.
Un café, un jugo de frutas, café, medialunas, todo a su disposición descansa sobre la mesa ubicada junto a la parrilla. Al frente, la gran piscina en la que más tarde se relajará a tomar sol. La moderna casa de tres plantas en diferentes niveles es ecléctica, como ella. Una mezcla de modernidad y avanzada con toda la tecnología y comodidad para ella. En la planta superior, un cuarto íntegramente decorado con Minnie, en rosa, parece casi una contradicción con la mujer voluptuosa y sexy que momentos antes se paseaba sexy junto a la pileta. Pero esa mixtura es Vicky. Aunque dice que hoy se siente diferente.
“Yo no soy ni me creo ninguna diva por más que viva en una hermosa casa. Soy yo misma y así me estoy mostrando por primera vez. Creo que la gente está conociendo de verdad quién es Vicky. Una persona que muy pocos saben cómo es. Esta Vicky que es una nena con cuerpo de diablita y con alma de ángel. Por eso estoy muy tranquila disfrutando lo que me pasa. Decidí bajar el perfil y mostrarme más real ya que eso fue lo que siempre ganó en mí y que enamora a hombres y mujeres. Y esta decisión de bajar el perfil me llegó porque siento que maduré aunque nunca pierdo la alegría ni el carisma. Tampoco el ser angelada ya que eso nació y morirá conmigo. Hoy estoy más tranqui y pienso dos veces las cosas antes de decirlas o hacerlas. Antes todo era un juego y hoy hago sólo lo que me da felicidad y lo que no, lo corro porque no me sirve y, en la vida lo que no sirve debe decantar solito. Eso es ser angelada”, dice mostrándose por primera vez reflexiva. Y, aunque que intenta escapar una vez más del amor, la pregunta ya no puede ser evitada.
“Nunca usé públicamente la palabra enamorada. No quiero ponerle un título. Estoy muy bien como estoy y quiero ir despacio. Me siento feliz y en este estado tiene mucho que ver el hombre que está a mi lado. Estoy plena. Mientras otros hablan yo no paro. Mientras otros hablan me premian. Mientras otros hablan yo estoy con la gente que me llena de amor. Mientras otros hablan mi corazón late fuerte y yo soy feliz. No tengo nada que contestarle a nadie y comprendo y escucho todo lo que dicen de mí. Y les agradezco que hablen tanto de mi. Disfruto de todo lo que Dios me pone en mi camino. De la vida hermosa que me regaló y del amor que recibo día a día. Agradezco a la gente este amor oceánico que me dan y al de arriba, a Dios, por hacerme una mujer tan distinta”, asegura Vicky refiriéndose a la polémica relación que hoy vive con Ottavis. “El me hace feliz y a su lado me siento mujer. Vivo un presente hermoso con una relación sin título”.