Días atrás trascendió un hallazgo arqueológico que realizó un convecino en la zona del arroyo Urquiza, al este de la ruta 14 vieja. Gustavo Juarez, un uruguayense que trabaja en campos ubicados al norte del ejido urbano de Concepción del Uruguay, encontró estas piezas durante una recorrida que realizaba y que acostumbra hacer en esa extensa zona. De acuerdo a lo que se pudo saber, la semana pasada, mientras caminaba por inmediaciones
del arroyo Urquiza, observando distintos montículos de arena que habían quedado a la vista, advirtió la existencia de lo que parecían extrañas piedras. Tomando un poco más de tiempo comenzó a revisar y removiendo la arena, se sorprendió al constatar que esas piedras tenían formas casi geométricas, resultando ser placas arqueológicas, presumiblemente de las caparazones de un Gliptodonte. Juárez, llevó estas placas a su casa y días después regresó a la zona del hallazgo, encontrando más restos fósiles que serían de este animal extinguido hace miles de años, según señaló a colegas de www.03442.com.ar.
Gliptodonte
Este animal, relacionado con los actuales armadillos, era nativo de América del Sur. El gliptodonte medía cerca de 3 metros y pesaba cerca de 1,4 toneladas, siendo equivalente en forma y tamaño a un Volkswagen Escarabajo. Era herbívoro y, por su constitución, se supone que no fue muy ágil. Su defensa contra los depredadores se basaba en su caparazón rígido. Las diferentes especies se distinguen por los patrones y tipos de caparazones. Durante milenios, muchos de esos caparazones permanecieron vacíos a lo largo de las planicies de Uruguay, Río Grande del Sur y de Argentina, probablemente sirviendo de refugio para los humanos primitivos de la región. El gliptodonte pertenece al grupo de mamíferos placentarios conocidos como Xenarthra, que incluye también a osos hormigueros, perezosos y armadillos. El gliptodonte surgió en el Plioceno en América del Sur en la actual patagonia argentina, migrando después al Norte cuando el Istmo de Panamá unió las Américas. Se cree que eran cazados por la población humana de su entorno, por su carne, y para utilizar sus caparazones como refugio. Se extinguió hace aproximadamente entre 10.000 y 8.500 años producto de su ineficacia adaptativa.