La Organización Internacional del Trabajo (OIT), la ONU Mujeres y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) expresaron en el informe que «la crisis de la Covid-19 intensificó las desigualdades y déficits de empleo decente que afecta a las mujeres y a quienes actúan en lo sanitario y en lo social».
Un nuevo estudio de tres agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseguró este miércoles que las mujeres que cumplen tareas sanitarias integran uno de los grupos más vulnerables frente a la grave crisis provocada por la pandemia de coronavirus y señaló que en la Argentina más de 760 mil trabajadoras batallan contra la pandemia y enfrentan los mayores riesgos.
El estudio realzó algunas medidas adoptadas por el Gobierno, como el refuerzo del sistema sanitario, la compensación económica extraordinaria en el sector de la salud y la incorporación de la Covid-19 como enfermedad profesional.
También mencionó la sanción de la Ley 27.548 el 21 de mayo último, que implementó el Programa de Protección al Personal de la Salud en la emergencia, y el Plan Nacional de Cuidados de Trabajadores de la Salud; el cobro completo de los salarios y el transporte gratuito, y las acciones de sensibilización social de la Campaña por la Socialización de los Cuidados.
“Las trabajadoras de la salud son un pilar estratégico en la respuesta a la crisis, pero también son las más vulnerables en la Argentina”, afirmó el informe, que detalló que 1 de cada 10 mujeres ocupadas cumple tareas en la actividad.
Un 70 por ciento del espacio sanitario está integrado por mujeres, quienes tienen «una elevada exposición al contagio y considerables costos físico-emocionales».
«Esas mujeres realizan una tarea esencial, en el contexto de fuertes desigualdades económicas, laborales y profesionales que es preciso revisar de forma exhaustiva», señalaron Sol East (Unfpa), Tim Laurence (ONU Mujeres) y Elva López Mourelo (OIT Argentina), responsables del nuevo informe.
También revelaron que la pandemia profundizó asimetrías y brechas históricas, como la informalidad -del 20,4 por ciento en mujeres frente al 14,7 en hombres- y la diferencia salarial, e indicaron que las trabajadoras no registradas tienen nula o muy baja cobertura en derechos, como «la protección por accidente o enfermedad profesional, obra social y licencia por enfermedad», añadieron.
Un 48 por ciento de las trabajadoras de la salud son jefas de hogar, lo que multiplica la carga de tareas de cuidado, sostuvo el estudio, que afirmó también que existen déficits de seguridad y salud laboral, jornadas más extensas y mayor volumen de tareas, estrés y riesgos psicosociales que impactan en la atención.
«Existe una mayor carga de cuidados no remunerados, discriminación, ausencia de protección laboral y pérdida de empleo e ingresos en algunas ocupaciones independientes, como la oftalmología, odontología y otras», puntualizó.
Las mujeres están más expuestas a sufrir episodios de violencia y acoso en la pandemia, tanto en el trabajo como en la vía pública y los hogares como consecuencia de «la estigmatización social frente al temor a los contagios».
El informe reclamó «condiciones laborales y salariales equitativas y un contexto normativo que efectivice el acceso a los derechos laborales», puntualizó.