“La reconstrucción de la actividad se dará más cerca del verano que del invierno”, dijo la Cámara Entrerriana de Turismo, en una nota elevada al Ministro de la Producción, donde afirman que el objetivo hoy es “sobrevivir”.
En un comunicado denominado “El desafío del
turismo entrerriano”, la Cámara describe la situación del sector paralizado por
la pandemia. “Cuando termine la crisis sanitaria… nada será lo mismo, ni
nosotros seremos los mismos, ni será rápido o menos fácil, el tránsito hacia el
nuevo modelo. Primero habrá que superar la coyuntura, y luego, afrontar el
cambio”, advierte.
“Cabe reconocer, ante todo, que como se trata de un sector pyme que da empleo a
miles de trabajadores en la provincia, y que se encuentra inactivo desde antes
de que se decrete el aislamiento social obligatorio, su situación involucra y
compromete, seriamente, el sustento de miles de familias.
Desde mozos y cocineros a mucamas de hotel, desde guías de turismo o de pesca a choferes, desde guardavidas a bármanes, desde empleados administrativos y de mantenimiento a actores culturales, entre tantos, hoy, más allá de su formalidad contractual, se encuentran afectados por el cese de actividades. Y, aunque saben que el gobierno puede prohibirles a sus patronales los despidos, lamentablemente, también saben que no puede impedirles que quiebren, y eso afectaría a todos por igual”, relata la Cámara.
Reconoce, además que los empresarios pyme del turismo provincial enfrentan, aparte de los sueldos, “los compromisos impositivos que le impone el Estado, los cuales no son pocos, y los vencimientos de los servicios contraídos la pasada temporada, la cual, de por sí, no fue nada buena”.
“De este modo, en lo inmediato, y mientras dure la crisis, el desafío del empresariado pyme turístico provincial, y de sus trabajadores, será sobrevivir. O sea, el desafío es, y será por unos meses, ni más ni menos que alimentarse y mantenerse sano”, afirma.
Al evaluar los desafíos a futuro la Cámara entiende que una vez finalizado el aislamiento actual “no explotarán, inmediatamente, ni el turismo nacional, ni, mucho menos, el internacional, así que el desafío de los empresarios y trabajadores turísticos será el mismo que ahora: sobrevivir”.
“Un escenario probable luego del aislamiento contemplaría un tibio y muy lento vuelco de los argentinos hacia la idea de escaparse unos días a algún lado, ya que en esa decisión jugarán, de modo importante, la economía, condicionada por los bolsillos, y la salud, muy influenciadas por los miedos”, sostiene.
En ese contexto, entendió que “el desafío del turismo pasará, principalmente, por poder diseñar ofertas económicas que den tranquilidad a sus visitas. O sea, seducir a la escasa demanda con propuestas accesibles y seguras, para lo cual el destino Entre Ríos cuenta con atributos y particularidades que lo distinguen del resto”, evaluó.
Dijo que el sector “debe enfrentar estos diferentes contextos de distinta manera, pero siempre con una actitud positiva y concibiendo la realidad en toda su dimensión. Tanto en la etapa de supervivencia, como en la de reconstrucción, debe distinguirse del universo afectado por reaccionar diferente, concibiendo el nuevo escenario como una oportunidad a aprovechar, priorizando la razón por sobre las emociones, respondiendo a las carencias y a los miedos con estrategias e innovación”.
En función de esto, “para sobrevivir, el sector debe ser inteligente en la reducción de la actividad y realizar las gestiones necesarias ante los gobiernos en cuanto a ayudas para soportar los gastos fijos de servicios, impuestos y sueldos. Solo así sobrevivirán el sector y miles de familias.
Después, para enfrentar la reconstrucción de la actividad, lo cual se dará más cerca del verano que del invierno, el sector debe obligar a los gobiernos a estar a la altura de la situación y a aunar esfuerzos detrás de un ingenioso y seductor plan para el destino”, concluyó.