Momentos de gran tensión se vivieron en las primeras horas de ayer en Paran-a, más precisamente en calle Churruarín cuando efectivos policiales se hicieron presentes para proceder al desalojo de tres familias a partir de una orden judicial, tras la prórroga de la semana pasada.
Al intentar cumplimentar la medida ordenada por la Justicia, los afectados, con apoyo de integrantes del Movimiento Evita y vecinos comenzaron a resistir el desalojo. En ese marco, denunciaron que la fuerza de seguridad reprimió con postas de goma, ante lo cual algunas de los involucrados habrían resultado heridos, mientras que, al menos dos personas fueron demoradas. Ante la situación de extrema tensión y por la presencia de varios menores, desde la Policía se decidió suspender el operativo. La semana pasada fue el primer intento y con la solidaridad de los vecinos consiguieron una prórroga de siete días. Todo comenzó la semana pasada con un operativo para sacar de un predio a tres familias que, según las mismas, hace 30 años están en el lugar.
La medida fue después de una orden de un juez y una decena de policías de la Guardia de Infantería Adiestrada (GIA) junto a una topadora llegaron a la zona, donde también estuvo presente una abogada y un oficial de Justicia. Durante la mañana prendieron gomas, hubo cortes de calle y se vivieron momentos difíciles con un detenido y una mujer de 30 años con diálisis que debió ser trasladada a centro de salud porque se descompuso. Había por lo menos seis niños, uno de ellos de ocho meses. Todas las pertenencias de estas tres familias fueron sacadas a la calle, pero finalmente el desalojo no fue concretado. En el lugar, representantes de la Justicia había informado que la historia de esos terrenos es larga y que hubo un juicio civil por desalojo, que la familia Petrecheli se defendió, que salió una sentencia en primera instancia, apelaron y luego la Cámara lo confirmó, es decir, informaron que el juez Juan Carlos Coglionesse emitió la orden de desalojo. También destacaron, en el medio del intento de desalojo, que una vez terminada la última apelación, la sentencia quedó firme y que en lugar de dar tres o cuatro días, se les dio 10.