Superclásico: ¿A quién le sirvió el cero a cero?

autorSuperclásico: ¿A quién le sirvió el cero a cero? En la Copa Sudamericana y la Copa Libertadores, en los últimos cinco año pasó más veces el que empató de visitante sin goles el partido de ida. Lo que dice la estadística. Superclásico: ¿A quién le sirvió el cero a cero?

El mito está instalado. Y no se discute. Alguien lo tiró, circuló, se repitió, prendió como un abrojo y desde entonces nadie lo cuestiona. Entonces ocurre que cada vez que arrancan las fases eliminatorias de las copas se especula con el gol de visitante. Que vale doble, que no convertir es lapidario, que meter uno es prácticamente lo mismo que clasificar. El valor que tomó el gol en cancha ajena es desmedido. A un cero a cero de visitante se lo considera casi como una derrota. Si no, que lo digan aquellos hinchas de River que después de la semifinal de la Sudamericana en la Bombonera se quedaron tan consternados como si hubiesen perdido. O los de Boca, que celebran la virginidad de su arco como si fuera algo determinante.

Un repaso por las últimas ediciones de las copas internacionales demuestra que si el equipo visitante empata sin goles el primer partido no debería preocuparse a pesar de no haber convertido. Al contrario. En la mayoría de los casos tiene final feliz. En las últimas cinco ediciones de las copas Libertadores y Sudamericana hubo 16 partidos de ida que terminaron cero a cero. ¿Qué pasó en las revanchas? En esos 16 encuentros, clasificaron diez equipos que habían sido visitantes en el primero. Diez de 16. Solo seis equipos que habían jugado como locales siguieron en carrera. Las estadísticas, entonces, rompen con el mito del gol de visitante. En definitiva: ni los hinchas de River deberían alarmarse ni los de Boca amagar con el festejo. Las series las suelen pasar los que arrancaron como visitantes. Si el próximo jueves el destino se pone en sintonía con los antecedentes, el que dispute la final de la Sudamericana será River.

De estas series que arrancaron sin goles hubo dos que tuvieron como protagonistas a Boca y a River. Las dos, casualmente, ocurrieron el año pasado. Y a los dos les fue mal. Los Xeneizes recibieron a Newell’s por la Libertadores. Después del cero a cero en La Bombonera también empataron en Rosario. Se definió por penales: tuvieron que patear 26, hasta que Newell’s lo liquidó 10 a 9. Seis meses después le tocó el turno al Millonario, contra Lanús, por la Sudamericana. Cero a cero en el Sur y revancha en el Monumental. El equipo de Guillermo Barros Schelotto lo liquidó 3-0.

Además de las estadísticas hay otras cuestiones que el próximo jueves van a salir al campo de juego. El temor es una. Si en La Bombonera los jugadores nunca se despegaron de la presión de un Superclásico definitorio y no pudieron soltarse para intentar por lo menos dos pases seguidos, hay que ver qué podrá ocurrir en el Monumental, en una revancha que va a definir un ganador y un perdedor. Por otra parte, River suele jugar mejor como local y Boca como visitante. Por eso, lo que ocurra en este partido histórico es verdaderamente impredecible. Si mandan los miedos, se verá otra batalla como la de anteanoche. Si prevalece el rendimiento, el encuentro será más abierto. Y si la que se impone es la estadística, entonces los que festejen serán los de la banda roja. A pesar de los lamentos porque no convirtieron un gol de visitante.