El lider de la barra de independiente esta en pleno proceso de reciclado. dice que quiere ser presidente del club y que sabe como terminar con la violencia. y aporta: “hay que capacitar a los barras con psicOlogos y asistentes sociales“.
Firma autógrafos como una estrella de rock, recibe llamados de los políticos más importantes del país, se burla del periodismo a través de las redes sociales y maneja con total impunidad el negocio de la barra de Independiente. Bebote Alvarez, antihéroe salido de algún cómic suburbano, rompe el silencio para desnudar los secretos de una de las hinchadas más convocantes del país. “Soy el Robin Hood de los barras, les saco a los que más tienen para ayudar a los pobres”, se autodefine.
“El sistema no quiere que la violencia cese porque pretende continuar haciendo negocios. Si se acaba la violencia en el fútbol, automáticamente se cortan todos los curros, como los partidos de alto riesgo con más de mil policías, las cámaras de seguridad y el subsidio para la Aprevide”, confiesa Pablo Alvarez, con el objetivo de apuntarle directamente al aparato político, a los dirigentes y al sistema de seguridad.
“Julio Grondona es el máximo responsable de todo lo que pasa hoy en las canchas –sentencia Bebote–. Y además tiene culpa la Policía, que pretende solucionar la violencia con más violencia. Muchos efectivos no están capacitados para controlar a la multitud. Y así es imposible. Yo siempre dije que había que capacitar, no sólo a la Policía, sino también a los barras, con psicólogos y asistentes sociales. De hecho en su momento presenté un proyecto en AFA para crear una escuela de capacitación, donde tenían participación hasta las madres de las víctimas. Solamente se necesitaba voluntad para acostumbrar a los pibes a que se ganaran el mango trabajando como guías acomodadores y no les sucediera lo que nos pasó a nosotros, que los jefes de la barra nos enseñaban a robar banderas y a pelear en el entretiempo. Las organizaciones de las que participé me sirvieron para dar ese puntapié inicial. Nuevo Horizonte para el Mundo me abrió la cabeza y si bien Hinchadas Unidas Argentinas se terminó disolviendo por un trasfondo político, logramos juntar setenta y dos barras en la misma tribuna y no hubo un solo problema.”
En lo que respecta a la relación con Juan Manuel Lugones, titular de Aprevide, Alvarez sostuvo: “Me hubiera gustado que se acercara con un proyecto constructivo y no destructivo. Si dice que no habla con los barras, es un hipócrita y mentiroso, porque conmigo mantuvo un diálogo muy cordial. Y como si eso fuera poco me dejó entrar a la cancha sin carnet. Ahora va a querer meterme preso para justificar la foto en la que estamos hablando”.
Drogas, trapitos y beneficencia. El poder para reclutar cerca de doscientos soldados de diferentes barrios dispuestos a cualquier cosa no se obtiene de un día para el otro. Por eso, el líder de Los Diablos Rojos siente orgullo al recordar al que lo sumergió en el mundo barra: “El Gallego Popey me llevó al paraavalanchas por primera vez cuando tenía catorce años. El problema es que yo me equivoqué por estar perdido con la droga. Pagué muchos años de cárcel por todas las macanas que me mandé de chico. Lamentablemente me di cuenta de grande que todo eso me traía problemas. Una vez que perdí a mi papá, a mi mamá y a mi hijo me di cuenta que esa vida no servía.”
Una de las fuentes de financiación de los grupos violentos está relacionada con el servicio extorsivo de cuidacoches. Cada vez que Independiente juega de local las cercanías del Estadio Libertadores de América se encuentran repletas de trapitos que obligan a pagar cerca de ochenta pesos para poder estacionar. Bebote Alvarez desmiente que la hinchada de Independiente participe de ese negocio: “Vayan a preguntarle a la Policía quiénes se quedan con la recaudación de los trapitos. Nosotros no tenemos nada que ver. Yo me gano la vida trabajando. Hago trámites cuatro horas para un frigorífico, compro autos chocados y los arreglo para vender, y además vendo publicidad, con pintadas políticas y promotoras”.
En referencia a los hinchas venezolanos, colombianos y franceses que desembarcan en Avellaneda para capacitarse con las barras argentinas, Alvarez asegura que el arancel del posgrado puede variar según la nacionalidad del alumno: “No todos pagan lo mismo. Lo mínimo son mil dólares, a cambio de mostrarles y explicarles cómo manejamos la barra”.
El capo barra más famoso de Avellaneda no tiene inconvenientes en exhibir sus diferentes facetas. Es por eso que pasó de brindar una conferencia de prensa con bigotes postizos y anteojos de cotillón en el estudio de su abogada, Debora Hambo, a llevar a cabo una colecta para Brisa Victoria Mac Caddon, una nena de trece años que necesita viajar a China con el fin de realizarse un implante de células madre. “Me disfrazo porque no quiero ser conocido para que a mi hijo no lo carguen”, reveló.
Respecto a la condena social, culpó exclusivamente a la prensa: “Los periodistas cuentan solamente las cosas malas. Cuando hicimos la colecta por Jeremías Care no dijeron una palabra. Ahora que estamos ayudando a Brisa tampoco hablan del tema. De hecho esta noche vamos a pasar una alcancía y a repartir folletos con un número de cuenta para el que pueda colaborar. ¿Cuántos van a habar del tema? Nosotros salimos en los medios nada más cuando nos mandamos alguna cagada. Tengo claro que no soy el papa Francisco, pero tampoco soy Bin Laden como quieren hacerle creer a la sociedad. Si bien no tengo muchos estudios y escribo con faltas de ortografía, me considero más inteligente que violento”.
En campaña. Bebote sabe que su tiempo en la popular está llegando al final. Hace algunos meses circuló un video en el que aparecía bautizando al Tano de Gerli como el nuevo jefe. “Soy consciente de que ya no me queda mucho como barra brava. En algún momento voy a ser presidente de Independiente. Perdí la oportunidad de presentarme a las próximas elecciones por la bicicleta que me hicieron desde diciembre con el tema de los avales. Pero ahora voy a hacer un curso acelerado para terminar el secundario y luego me voy a capacitar en la escuela de dirigentes en River o en Vélez. Si Pistola Gámez, que era barra brava, pudo ser presidente de Vélez, no entiendo por qué yo no voy a poder”.