San Silvestre I, papa. Fue el sucesor de San Melquíades y gobernó la Iglesia del año 314 al 335. Bajo Silvestre I, la Iglesia, después de 300 años de persecución, salió de las catacumbas. En este tiempo se edificaron, entre otras, las dos basílicas: San Juan de Letrán y San Pedro. El año 325 reúnió en Nicea el primer concilio ecuménico al que asistieron más de 300 obispos y el mismo emperador Constantino; allí se condenó la herejía de Arrio. En otro concilio, celebrado en Arlés, se estableció que la fiesta de Pascua se celebrase el domingo después del día 14 de la luna de marzo. Después de gobernar la Iglesia durante 22 años, murió santamente el año 335, a edad muy avanzada.
Santa Melania La joven.
Melania, junto con Piniano, su marido, dejó la ciudad de Roma y se estableció en Jerusalén, donde reunió a varias mujeres con las que fundó un monasterio. También su marido ingresó en un monasterio donde se entregó a la oración hasta su muerte. Melania entregó su alma a Dios, rodeada de sus hijas espirituales, el año 439. Santa Catalina Labouré. Religiosa de la caridad, protagonista de tres famosas apariciones de la Virgen María, que dieron origen a la advocación de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Nació en 1806 en Francia y falleció el 31 de diciembre de 1876. Fue canonizada por el Papa Pío XII en 1947.