Santa Margarita de Escocia. Era hija de Eduardo IV, rey de Inglaterra y sobrina de San Eduardo. Siendo joven tuvo que huir de Inglaterra cuando ésta fue invadida por Guillermo el Conquistador, al frente de las huestes normandas. Al llegar a Escocia contrajo matrimonio con el rey Malcom III. Desde el trono de Macbeth -pero sin su crueldad y perfidia- fue un claro modelo de las virtudes cristianas. Sobresalió en el ejercicio de la caridad y el amor a los pobres, tanto que la llamaban «madre de los huérfanos», y «tesorera de los pobres».
Murió en Edimburgo el año 1093. Escocia, después de tenerla como reina, la eligió como santa Patrona. Santa Gertrudis, virgen. Llamada «la Magna», fue una de las mayores místicas de la Edad Media. Dueña de una gran cultura, fue elegida abadesa del monasterio de monjas cistercienses de Sajonia. A los 25 años de edad, habiendo llegado a un grado muy elevado de su vida espiritual, tuvo especiales visiones y revelaciones durante ocho años. En ese período escribió tres libros excepcionales sobre la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Eucaristía. Murió en Helfta, Alemania, en el año 1302.