Sociedad 16/09/14

SANTORAL

San Cornelio, papa y mártir. Romano de nacimiento, ejerció el sumo pontificado bajo los emperadores Galo y Valeriano. Fue uno de los mayores papas del siglo III, un papa intrépido que luchó denodadamente contra el cisma de Novaciano, primer antipapa. Trasladó de las catacumbas los cuerpos de San Pablo y San Pedro, y los colocó en los lugares donde habían sufrido el martirio. Desterrado, murió en el año 253. San Cipriano, obispo y mártir. Era abogado en Cartago cuando se convirtió al cristianismo. Poco después fue ordenado sacerdote y consagrado obispo de aquella misma ciudad. Tuvo extraordinaria influencia en África por sus virtudes y su doctrina, en uno de los períodos más borrascosos de la Iglesia africana.

 

Sufrió el martirio en el año 258. Santa Eufemia, virgen y mártir. Era hija de un senador de Calcedonia. En el año 303, al negarse la santa a ofrecer incienso a Marte, el procónsul de Asia, Prisco, la sometió a horribles tormentos hasta que murió. Sus conciudadanos le erigieron una basílica y en ella tuvo lugar en el año 451 el famoso Concilio de Calcedonia, donde se verificó un hecho portentoso, por el cual la mártir dio testimonio de la verdad católica y de la falsedad de las doctrinas predicadas por Dióscoro y Eutiques.