Santos Justo y Pastor, mártires Eran dos hermanos, naturales de Alcalá de Henares (España). Justo tenía 13 años y Pastor 9. Los dos iban a la escuela cuando vieron en la plaza de la ciudad el edicto del emperador que ordenaba perseguir y matar a los cristianos. Inmediatamente, arrojando las cartillas, corrieron al palacio del gobernador Daciano para reprocharle tal crueldad y confesarse ellos también cristianos.
Daciano mandó azotarlos y luego, por temor a quedar en ridículo por el desafío de los niños, ordenó decapitarlos en las afueras de la ciudad. Era el año 304. San Román, mártir. Era uno de los soldados encargados de vigilar en la prisión a San Lorenzo. Al ver la constancia de ese mártir, Román se convirtió al cristianismo y fue instruido y bautizado en la prisión por el propio San Lorenzo. Como confesase públicamente su fe, fue condenado y decapitado en la víspera de la ejecución de San Lorenzo.