Hoy, sábado de la primera semana de Adviento, se lee el libro de Isaías (30,19-21.23-26) donde el profeta anuncia la salvación en términos de fertilidad y abundancia, y de consuelo para el llanto; y el evangelio de San Mateo (9,35 – 10,1.5a.6-8) en el pasaje donde Jesús dice que la mies es mucha pero los operarios pocos, y manda rogar a Dios para que envíe más operarios a su mies
San Ambrosio, obispo y doctor Nació en Tréveris, Alemania, hacia el año 346 y es uno de los cuatro grandes doctores de la Iglesia latina, con San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio Magno. Siendo gobernador en el norte de Italia, fue a Milán para calmar al pueblo amotinado por la elección de su obispo. La elocuencia de su discurso sobre la paz y la necesaria tranquilidad de la población y el éxito de la gestión hicieron que el pueblo lo proclamara obispo. Como aún era catecúmeno, fue bautizado y en ocho días ordenado sacerdote.
El Papa aprobó la elección y lo nombró obispo de Milán. Fue amigo y consejero de emperadores, lo cual no le impidió excomulgar al emperador Máximo y prohibir la entrada en el templo al emperador Teodosio, su amigo, hasta que pidiera públicamente perdón por la matanza de Tesalónica. A San Ambrosio se debe la conversión de San Agustín. Murió el 4 de abril del año 397, pero por causa de la Pascua su fiesta se celebra hoy, día de su consagración episcopal. Santa María Josefa Rosello, fundadora. Nació en 1811 en Savona, Italia, y murió en la misma ciudad el 7 de diciembre de 1880.
Fue canonizada por Pío XII el 12 de junio de 1949. Fundó el Instituto de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia, hoy extendido por Italia, Francia, Estados Unidos, Chile, Brasil y la Argentina. En nuestro país, donde estas religiosas se establecieron en 1875, dirigen hoy varios acreditados colegios de primera y segunda enseñanza.