Hoy se lee un pasaje de la Carta a los Hebreos (12,1-4) donde dice: «Fijemos la mirada en Jesús, quien soportó la Cruz y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios»; y el evangelio de San Marcos (5,21-43) en el pasaje donde Jesús resucita a la hija de Jairo.
Santa Agueda, virgen y mártir. Nació en Catania, Sicilia en el siglo III. Desde joven consagró su virginidad a Dios. Era muy bella y elegante, por lo que el gobernador Quinciano se enamoró de ella. Al saber que era cristiana quiso hacerla apostatar y hacerla suya. Pero ni con promesas ni con amenazas consiguió lo que se proponía. Entonces ordenó torturarla y amputarle los senos.
Una leyenda dice que fue curada milagrosamente por el apóstol San Pedro, que se le apareció en la prisión. Encarcelada nuevamente murió a consecuencia de los tormentos, el año 251. Es invocada como protectora contra las enfermedades de los senos. San Avito, obispo. Alcimus Ecdicius Avitus nació en Auvernia, en el reino de los francos. En el año 400 fue elegido obispo de Vienne. Se decía de él que era un arsenal de sabiduría. Convirtió a la fe católica a Segismundo, rey de Borgoña. Murió el año 518.