Hoy, martes de la primera semana de Adviento, se lee el libro de Isaías (4,2-6) donde el profeta anuncia al «vástago del Señor en magnificencia y gloria»; y el evangelio de San Mateo (8,5-11) en el pasaje donde se narra el episodio del centurión pidiendo a Jesús que cure a su criado.
San Francisco Javier Descendiente de los reyes de Navarra, nació en Pamplona, en el castillo de Javier, en 1506. Siendo un brillante profesor de filosofía en la Universidad de París conoció a San Ignacio de Loyola que lo hizo uno de los primeros miembros de la recientemente fundada Compañía de Jesús. Enviado a la India y designado por Paulo III nuncio apostólico en aquel país, llegó a Goa en 1542; e introdujo la fe cristiana en la India Oriental, en el Japón y en Oceanía. En 10 años evangelizó más de 50 reinos. Bautizó a reyes y príncipes y a miles de hombres. Murió a los 46 años de edad en la desierta isla de Sanclán, el 3 de diciembre de 1552, a la vista de China, cuya conquista espiritual iba a emprender.
Su cuerpo se conserva en la ciudad de Goa (India). Pío XI lo declaró patrono de las misiones católicas. San Casiano, mártir Cuando San Marcelo, el Centurión, era juzgado en Tánger por Aurelio Agricolano, un escribiente llamado Casiano tomaba las actas del proceso. Cuando oyó que Agricolano pronunciaba la sentencia de muerte contra Marcelo, que había servido tan fielmente al emperador, arrojó al suelo las tabletas y se negó a continuar levantando el acta. Inmediatamente fue apresado y encerrado en prisión. Después del martirio de San Marcelo, Casiano se hizo cristiano y también murió mártir el 3 de diciembre del año 298.