San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia Nació en Alejandría el año 295, y fue el gran defensor de la fe católica contra la herejía de los arrianos, que negaban la divinidad de Cristo. En el Concilio de Nicea Atanasio pulverizó los argumentos de Arrio, y así fue anatematizado el arrianismo. Desde el 328 al 373, en que ocupó la sede de Alejandría, fue cinco veces desterrado injustamente, sin que ello lo intimidara en su lucha. Recorrió todo el imperio, perseguido de un lado a otro, sin cejar jamás.
Sus escritos son vigorosos, como su carácter, de una lógica acerada y altamente práctica. Murió el año 373. Es uno de los grandes doctores de Oriente. San Antonino, obispo. Antonino, llamado Antolín, por su baja estatura, nació en Florencia, en 1389. A los 16 años ingresó en la Orden de Santo Domingo, en la que llegó a ser prior de los principales conventos dominicos en Italia. El papa Eugenio IV lo designó arzobispo de Florencia, sede que gobernó hasta su muerte en 1459, distinguiéndose por la austeridad de vida, por su caridad y celo apostólico.