San Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno, obispos y doctores. Hombres de gran cultura, grandes amigos y condiscípulos, ambos se sintieron atraídos por la vida monástica. Antes de ello fueron obispos: Gregorio de su ciudad, Nacianzo y más tarde patriarca de Constantinopla; Basilio, de Cesarea de Capadocia, también su ciudad de origen. Son dos de los cuatro grandes doctores de la Iglesia Oriental. San Basilio, a quien se llama «el grande», fue el legislador del monacato oriental.
Su famosa Regla rige todavía la vida monástica del Oriente Cristiano. Combatió contra los arrianos que negaban la divinidad de Cristo y desarrolló sólidamente el dogma católico sobre el Espíritu Santo. Murió el 1º de enero del año 379 en Cesarea de Capadocia, hoy Kaysery, Turquía. San Gregorio, llamado «el teólogo», fue un talento extraordinario; literato, poeta, orador. Durante su gobierno pastoral limpió la ciudad de Constantinopla de vicios y herejías, lo que le granjeó las iras de la emperatriz por lo que tuvo que renunciar al Patriarcado.