El miércoles pasado, Río Abajo mantuvo una charla con la pianista, compositora y arreglista berissense Noelia Sinkunas. En la misma, habló sobre sus inicios en la música, su paso por diferentes estilos musicales, y su decisión de compartir su arte a través de tres discos de estudio lanzados, y un cuarto que verá la luz pronto.
Sinkunas es una artista nacida en Berisso, provincia de Buenos Aires, quien, desde el momento de nacer, se dedica a la música. En ese sentido, contó que creció en una familia de músicos, donde su padre y su abuelo tocaban la guitarra, pero ella a los 5 años se enamoró del piano que había llegado a su casa como premio de una rifa.
Desde joven tocó música de otros, ya sea acompañando a cantantes, con amigos y familia o sola, pero además fue gestando sus propias canciones. En un momento decide lanzar su primer disco Escenas de la nada mirar, y en relación a esto, dijo: “lo venía pensando hace mucho, tardé un montón de tiempo en decidir publicarlo”. En este marco, reflexionó que es un disco puramente racional y metódico, “quería transmitir como si estuviese haciendo cuentas matemáticas”, compartió.
En cambio, su segundo disco New York Sessions no fue planeado, es toda una sesión de improvisación. A lo largo de las canciones se puede encontrar la personalidad de la artista, logrando una fusión de cumbias villeras, la improvisación propia del jazz, Britney Spears y tangos. “Con el tiempo me di cuenta que refleja lo que pienso sobre derribar un poco los géneros, de que la música puede estar toda junta y no tendría por qué dividirse moralmente», reflexionó.
Su tercer disco, Salve, es puramente chamamé y, a diferencia de los otros, contiene dedicatorias y música con la necesidad, emotiva o personal, de dejar un registro de algunas historias propias. “Abrí la puerta para invitar a cantantes porque no quería cantar”, aseguró. Es importante señalar que ganó el premio Gardel al álbum folklore alternativo en 2023. “Me daba risa porque antes había sido nominada al mejor álbum de jazz, y también había sido nominada como mejor nueva artista. Fue una alegría y una sorpresa enorme, no me lo esperaba”, reflexionó.
El cuarto disco, en su esencia, es filosófico, nace de preguntas como: ¿cuál es «el hogar” ?, ¿dónde está?, ¿quiénes son ”el hogar”?, ¿el tango lo es?, ¿el chamamé?, ¿o será la cumbia? En cuanto a los géneros, es de tango, chamamé e improvisación libre. Sobre el último, explicó: “es algo que vengo experimentando hace un tiempo pero que quería dejar registrado, tiene que ver con hacerse preguntas de las estructuras, en este caso de los parámetros musicales, ¿por qué una canción tiene que tener una estructura de ‘estrofa, estrofa, estribillo, estrofa, parte C, estribillo’?”.
En ese sentido, el nombre del disco, Unión y Perseverancia, surge por la esquina de su casa natal, la intersección de la calle 153 (Unión) y la 13 (Perseverancia). Por otro lado, es importante señalar que, las voces invitadas se rigen bajo esa filosofía y se encuentran fuera de su zona de confort, trayendo a cantar un tango o un chamamé a artistas como Ricardo Mollo, Leo García, Daniela Herrero, Nana Arguem, Mocchi y Alex Musatov. “Son artistas que yo admiro y que no hacen esos estilos”, destacó.