Ramón Amaya sigue desaparecido. Hay muchas dudas y la familia contínúa esperando por alguna noverdad.En la jornada de ayer se cumplió una semana de las desaparición en aguas del Riacho Itapé de Ramón Amaya
(52). Mientras sus familiares esperan alguna noticia acerca de su paradero, la Prefectura redobló los esfuerzos de búsqueda sumando personal a los rastrillajes. Vale recordar que la denuncia acerca de la desaparición fue realizada en la noche del sábado 17 de agosto pasado.
Las últimas horas en que Amaya fue visto con vida, las pasó en un campamento montado en la isla ubicada frente al Balneario Itapé. El hombre habría realizado varias recorridas por inmediaciones de la Boca del Chancho, al sur de Santa Cándida, a bordo de la embarcación tipo canoa con motor. Luego de eso no volvieron a verlo. Las primeras sospechas indicaban que la embarcación se habría hundido junto con Amaya, pero tras 7 días de rastrillajes solo se encontró la embarcación, a la cual le faltaba el motor. El tiempo transcurrido hizo que crecieran las dudas, principalmente entre los familiares de Amaya, algunos de los que sostienen que «hay muchas cosas raras».
Asimismo comenzó a tomar fuerza la hipótesis de que el pescador habría sido «fondeado», atado al motor de la embarcación, lo que explicaría porque no lo han encontrado todavía. Rastrillajes En la jornada de ayer la Prefectura continuaba con los rastrillajes por agua, mientras que por tierra, efectivos de la Departamental Uruguay, intensificaron la búsqueda en zona de la isla del Puerto, a lo que se sumaron los familiares de Amaya.
Ya en horas de la tarde el radio de búsqueda se amplió a la zona de Santa Cándida. Los días pasan y al tiempo que aumenta la desesperación de los familiares, las autoridades continúan con la investigación, que por estas horas analiza videos de cámaras de seguridad en la zona de Puerto Viejo, para tratar de encontrar algo que permita establecer si Amaya pasó por la zona.