En este contexto, el Gobierno confía en que los nueve días de aislamiento estricto que rigen desde el sábado pasado alivien la «tensión» del sistema sanitario generada por la segunda ola de contagios de coronavirus, mientras centra sus expectativas en la aceleración de la vacunación y en la gestión para la compra de grandes volúmenes de dosis que fortalezcan la campaña de inmunización.
El presidente Alberto Fernández dijo en la noche del jueves que el aislamiento estricto que finaliza el domingo servirá para «ordenar el sistema sanitario» y manifestó su anhelo de que las limitaciones a la circulación por nueve días tengan como correlato una disminución de los contagios.
«Sobre estos nueve días que están transcurriendo de este encierro un poco más fuerte, vamos a ver los resultados en unos días, pero definitivamente creo que van a a bajar los casos y vamos a poder ordenar el sistema sanitario», dijo Fernández, en una entrevista desde Olivos.
La preocupación de las autoridades nacionales pasa también por la falta de recursos humanos en el área de la salud y así fue expresado por el jefe de Estado: «Podemos seguir poniendo camas de terapia intensiva, pero no tenemos más médicos que las atiendan. Debemos parar los contagios para que puedan atender, no para que tengan camas».