En los tribunales de Concordia se llevó a cabo ayer la segunda ronda de audiencias por la causa «Leimann Patt, Hugo Oscar homicidio doblemente calificado», donde se trata de establecer la responsabilidad que le cabría al médico de Chajarí, que el 27 de febrero del 2012 asesinó de varias puñaladas a su esposa Alejandra Inchauspe, para luego intentar suicidarse de un
disparo en la cabeza, pero sin lograr su cometido. Tres profesionales del Departamento Médico Forense del Poder Judicial de Entre Ríos, aportados como testigos de la Fiscalía; diagnosticaron que el imputado no habría sufrido secuelas neuronales por la bala en la cabeza.
Al igual que en la audiencia del lunes, la de este martes comenzó media hora más tarde y con un reto por parte del tribunal para la llegada tarde del abogado defensor Ivan Dri, un tema que molestó lo suficiente a la presidenta de la sala -Dra. Carolina López Bernis- quien advirtió que en caso de una reincidencia se vería «obligada a comunicar la impuntualidad al Colegio de Abogados». De inmediato pidió la palabra el Dr. José Esteban Ostolaza, abogado querellante de la familia de Alejandra Inchauspe, quien dijo que ante la posible «incapacidad sobreviniente» que estaría afectando al imputado por el crimen, se solicitaba la incorporación de dos nuevos testigos para la causa, siendo ellos dos neurocirujanos de la ciudad de Rosario, que en su momento hicieron una revisión del psiquiatra Leimann Patt.
Esta propuesta fue aceptada por la fiscalía, pero fue rechazada vehemente por parte de la defensa, desde donde se acusó de «falta de lealtad» a los letrados de la querella y la fiscalía, ya que según afirmó el Dr. Ivan Dri, sus oponentes sabían «desde hace tres meses atrás» cuál sería el argumento de la defensa. Fue en ese momento donde el abogado Dri esgrimió que entonces él también propondría dos nuevos testigos, pero pasó un momento acalorado cuando dijo «no recordar» el nombre de los profesionales médicos a los que eludía. Finalmente el tribunal hizo lugar al pedido de la querella. Testimoniales La primera parte de la jornada de testimonios fue para las personas aportadas por la fiscalía de la causa, quienes había citado a tres integrantes del Departamento Médico Forense del Poder Judicial de Entre Ríos, los doctores Luis Moyano (médico clínico) María Zelmira Barbagelata (psicóloga) y María Eugenia Londero (psiquiatra).
Tal como era de esperar, al ser testigos aportados por la parte acusatoria, los profesionales abonaron la hipótesis de que el balazo que Leimann Patt sufrió en su cerebro no afectó su capacidad neuronal, subrayando cada uno de ellos que al momento de entrevistarse con el imputado lo encontraron «orientado en tiempo y espacio». En el caso del Dr. Moyano, esto trajo a colación que Leimann Patt «fue dado de alta con situación neurológica normal» luego de su internación en el hospital Masvernat», evaluando que «fue muy afortunado» porque el disparo atravesó ambos lóbulos frontales, «pero provocó un daño hasta ahí nomás» ya que por suerte la bala no llegó a romper la cavidad craneal con orificio de salida. En ese mismo sentido, la psicóloga María Zelmira Barbagelata coincidió en que encontró a Patt «ubicado en tiempo y espacio», con un «claro juicio de la realidad que lo rodea».
Agregando incluso que por el hecho de haberse entrevistado en cuatro oportunidades con el imputado, estaba en condiciones de aseverar que con el paso del tiempo «se evidenciaba una evolución favorable del paciente», publicó Diario Río Uruguay. Asimismo reconoció que si bien el psiquiatra acusado de homicidio se mostraba con «dificultades en el habla» y cierta «dispersión» a la hora de mantener una conversación, no descartaba cierta «intencionalidad» para influir en un diagnóstico. Para Barbagelata el paciente «exageraba, lo que se llama (según la psicología) una sobresimulación», más allá de que «algún tipo de dificultad le podía haber quedado».