La cantidad de estudiantes cuya escolaridad fue interrumpida o se vio perturbada casi se triplicó desde 2016, informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que atribuyó la situación a los conflictos armados, la pandemia de coronavirus y el cambio climático.
El número de alumnos cuya escolaridad se vio perturbada alcanzó este año un récord de 222 millones, según la directora del Fondo de la ONU para la educación en situación de urgencia, Yasmine Sherif.
Un tercio de esos estudiantes están completamente desescolarizados y más de la mitad, 119,6 millones, van a la escuela sin lograr alcanzar «un nivel de competencia mínimo», especialmente en matemáticas y lectura, detalló la funcionaria.
La cifra contempla en su mayoría a menores de 18 años que viven generalmente en zonas de conflicto, según informó la agencia de noticias AFP.
En el último censo de 2016, solo 75 millones de alumnos estaban en esa situación, es decir una tercera parte del número actual.
Según Sherif, el incremento de los problemas en la escolaridad se vinculan con la pandemia, el cambio climático y los conflictos armados.
A modo de ejemplo, mencionó que ocho de cada diez niños, niñas y jóvenes en esa situación viven en zonas donde un conflicto dura desde hace años, y puso como ejemplo lo que ocurre en Siria, República Democrática del Congo o Afganistán.
La guerra en Ucrania, que afecta la escolaridad de 5,7 millones de alumnos, contribuye también al alza constatada este año.
Para la funcionaria las cifras reflejan «222 millones de sueños rotos’, por lo que propuso que «no abandonar a estas víctimas».