Un informe elaborado por el Consejo General de Educación (CGE) admite que cada año unos 24 mil estudiantes de nivel secundario “interrumpen su escolaridad por factores socio-económicos, obstáculos/barreras en los procesos de aprendizajes y ruptura del lazo que los vincula con lo propiamente escolar”. La cifra representa un 7% del total de la matrícula y expresa sólo un aspecto del fracaso.
En Entre Ríos hay 770 escuelas secundarias, con una matrícula de 152.320 alumnos, y también hay datos que alarman: en las escuelas orientadas de gestión estatal se observó un crecimiento de la población estudiantil desde 2013 a 2015, “para luego decaer casi de manera ininterrumpida desde 2017 a la fecha”, dice el informe del CGE. Una situación diferente se observa en los colegios privados, con una matrícula en crecimiento.
Respecto a la tasa de abandono en las escuelas secundarias orientadas de gestión estatal, se registran porcentajes más elevados en el cuarto año (14,13 %) y en el sexto, “siendo esta la más alta de la escolaridad en este nivel (17,21%). En el segundo año se registra el menor porcentaje de abandono”. En cambio, en las instituciones de gestión privada, el porcentaje más alto se registra en el último año de la escolaridad de secundaria orientada común con un 11,13%.
También hay diferencias en las tasas de repitencia. El porcentaje de estudiantes repitientes es de 16,33% de la matrícula de gestión estatal; pero ese porcentaje se ve notablemente disminuido en el sector privado, siendo de un 4,08% en escuelas secundarias orientadas comunes.
El documento, denominado “Acontecer. Hacia la reconfiguración de la escuela secundaria entrerriana”, rescata los resultados de las pruebas Aprender, instauradas durante el gobierno de Mauricio Macri, y señala: “Las Pruebas Aprender también aportan algunos datos relevantes para la toma de decisiones en términos de políticas educativas. Constituye una fuente de información para la definición de estrategias, que exigen entenderla y enmarcarla como tal como un instrumento con una naturaleza específica con límites y posibilidades, para no caer en reduccionismos que conduzcan a la simplificación de la práctica educativa y la invisibilización de las realidades institucionales, de todo aquello que se produce cotidianamente en las escuelas”.
Entre otros datos, la prueba Aprender mostró que “el 47 % de los directores encuestados manifiesta que el ausentismo de los estudiantes representa un problema en su escuela; siendo la causa principal ´enfermedad´. En cuanto al abandono, el 32 % de los directores indica que representa una dificultad en la escuela, siendo una de las causas principales ´la necesidad de trabajar de los estudiantes’”.
Críticas a la escuela actual
Después de destacar el dato de que cada año 24 mil estudiantes «interrumpen» su paso por la secundaria, el informe del CGE plantea: “En consecuencia, es necesario que la escuela secundaria diseñe estrategias amplias para garantizar el derecho a la educación en términos de igualdad e inclusión pedagógica y social. Por lo tanto, la gramática escolar (SIC) que se apoya en una estructura tradicional del sistema educativo resulta ampliamente excluyente y expulsora sosteniendo parámetros de gradualidad, anualización, acreditación y fragmentación disciplinar que profundizan las desigualdades en el tránsito por el nivel, evidenciando la falta de correlación entre lo propuesto desde los marcos normativos vigentes y las lógicas tradicionales que persisten al interior del propio sistema educativo”.
En un tono desprendido, el documento elaborado por funcionarios de Educación plantea: “Es necesario que la educación secundaria reflexione sobre las relaciones que las instituciones establecen con el mundo del trabajo, desde la pregunta acerca de las propuestas formativas en el nivel, que son variadas en función de las ofertas al interior de cada una de las modalidades”.
Y en cuanto a la relación de la escuela secundaria con el mundo del trabajo, postula que “resulta necesario desarrollar al interior de la escuela estrategias profesionales y sociales requeridas en un campo ocupacional amplio, para la proyección en el ámbito económico-productivo, partiendo de reconocer las nuevas formas de organización productiva y socio laboral que exigen un perfil que articule la autonomía, la resolución de situaciones problemáticas emergentes con saberes y capacidades específicos a desarrollarse en el nivel”.
En su descripción del actual estado de situación, desde el CGE señalan: “En la actualidad, la sociedad, las familias y los y las estudiantes demandan una escuela secundaria diferente, que responda a las transformaciones que asistimos en el mundo social, académico y laboral. Este desafío ha promovido que muchas instituciones hayan puesto en marcha procesos de cambio e innovación, que son el punto de partida para revisar y fortalecer la organización institucional y pedagógica de la educación secundaria, habilitando nuevas transformaciones”.
“Los actuales indicadores educativos de repitencia, abandono temporario y deserción, nos exigen analizar exhaustivamente sus causas y promover cambios organizacionales y pedagógicos sustanciales para revertirlos. Es una demanda frecuente de los y las estudiantes, las familias, el sector del trabajo, las universidades. De allí la importancia de participar en el establecimiento de acuerdos y consensos, de sistematizar una propuesta innovadora que capitalice las buenas experiencias y modifique las prácticas que no dieron resultados favorables”, subraya, y apunta que ese proceso “requiere de análisis y propuestas consensuadas para alcanzar una educación secundaria que posibilite a todos y todas los y las adolescentes, jóvenes y adultos/as, no sólo ingresar y egresar del sistema obligatorio, sino fundamentalmente ser protagonistas de una educación integral, inclusiva y de calidad. En este sentido, la presente propuesta acerca a las escuelas de la provincia, un conjunto de orientaciones curriculares e institucionales para su análisis y consideración, en vistas a una escuela secundaria diferente e innovadora”.
Uno de los cambios que propone el programa oficial es “revisar” la forma cómo enseñan los profesores. Al respecto, observa que “la práctica docente incluye instancias de previsión, es decir, planificar, trazar un camino a seguir. Sin embargo, este camino debe admitir variantes, ser flexible y explicitar instancias de revisión y monitoreo, ya que ello permite fortalecer las propuestas que favorecen los aprendizajes y la continuidad de las trayectorias, así como reorientar aquellas que los obstaculicen. Esto implica reconocer todas las definiciones que se despliegan antes, durante y después de una clase”.
Fuente: Entre Ríos Ahora.