Se trata de Mónica Janet Gutiérrez, una interna de 24 años que estaba alojada en el pabellón femenino de la Colonia Penal El Potrero. Había protagonizado una pelea y fue alojada en aislamiento. Ayer al mediodía se colgó con una chalina que había amarrado a una ventana.
Por decisión de las autoridades carcelarias, la víctima había sido alojada en una celda de aislamiento como represalia a una pelea que se había originado entre la población carcelaria que existe en la UP9. Pero poco antes de las 13 se constató que Gutiérrez había tomado una trágica determinación.
Cuando la guardia descubrió la situación inmediatamente se cortó la chalina que tenía amarrada a su cuello y se hicieron los primeros trabajos para tratar de compensar a la joven de 24 años que seguía con pulso. Cuando la ambulancia la trasladaba hacia el Hospital Centenario, a la altura del cruce de la Ruta 20 y la 136, la víctima se descompensó e ingresó sin vida al nosocomio.
El fiscal Martín Gil ordenó el traslado del cuerpo a la Morgue Judicial y el jueves por la mañana se realizará la autopsia para despejar cualquier tipo de duda y confirmar la causa del fallecimiento.
Una vida signada por el delito
Mónica Janet Gutierrez había sido condenada a principios de abril a una pena de 4 años por robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa y robo simple. La sentencia la recibió junto a su pareja, Osvaldo Torcuato Gutiérrez, que actualmente purga una condena de 4 años y 6 meses de prisión en la Unidad Penal 9 por los delitos de robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa, robo agravado por escalamiento en grado de tentativa, robo simple y hurto agravado por escalamiento.
Ellos ya habían recibido una sentencia en febrero del 2017, pero mientras el fallo se discutía en Casación, continuaron con su vida delictiva y en abril pasado se les confirmó una pena única por los viejos y nuevos hechos.
Se habían convertido en celebridades del hampa cuando el 9 de mayo de 2016 quedaron involucrados en un caso que trascendió en la opinión pública. Fueron investigados de ser quienes asaltaron a una mujer y a su hijo de 8 años en una vivienda de calle Rosario al 200. En esa ocasión, una pareja tocó a la puerta vendiendo una rifa, y mientras la dueña de casa los atendía, ella le solicitó permiso para ingresar al baño.
La propietaria accedió sin pensar que segundos después se transformaría en la persona que le pondría un cuchillo en el cuello a su hijo. Mientras lo tenía como rehén le pedía todo el dinero. Se llevaron plata en pesos, dólares, un reloj de pulsera y un celular. A lo largo de los días se fueron conociendo datos que permitieron llegar a una conclusión, pero fue el aporte de un remisero el que llevó a los investigadores hasta el lugar donde se realizó el allanamiento en 3 de febrero y Avenida Parque.
Luego, la víctima no los identificó en rueda de personas ni tampoco el remisero, por lo que fueron desvinculados del delito por robo con arma, pero se los llevó a juicio por la figura de “encubrimiento”, porque en el allanamiento se secuestraron elementos que tenían relación con ese robo. Sin embargo, en el juicio no se pudo acreditar que esos efectos (un reloj y una cuchilla) fueron obtenidos de forma ilegal, o si los compraron o lo permutaron por algo, y fueron absueltos.
Pero de lo que no pudieron escapar fue de lo sucedido el 6 de julio de 2016. Ambos jóvenes fueron hasta la tienda “Lo de Juana”, ubicada en Juan José Franco y Sáenz Peña. Mónica Janet ingresó sola, le pidió ropa a la comerciante para probarse y luego llamó a Osvaldo que la esperaba en la vereda. Cuando el joven entra, ella sacó una navaja que tenía escondida y se la apoya en la garganta a la vendedora. La víctima empujó a la agresora y le pidió auxilio a su esposo, que llegó en segundos acompañado de su hijo y nieto.
Los delincuentes trataron de escapar, pero los comerciantes lograron atrapar en la puerta a la joven, mientras que el novio salió corriendo y al cabo de unos segundos regresó con un fierro con el que amenazó al hijo de la vendedora, de 39 años, y a su nieto, de 16. Los hombres soltaron a Mónica Janet Gutiérrez, y ambos se dieron a la fuga por Santiago Díaz al norte. Al llegar a Clavarino y República Oriental, un móvil de la Comisaría Tercera los detuvo.
El 21 de febrero de 2017 fueron llevados a juicio y la jueza Alicia Vivian los condenó a ambos a la pena de 4 años de prisión de efectivo cumplimiento, por el delito de robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa.
Pero esta sentencia fue recurrida por la defensa de los delincuentes y mientras se esperaba la resolución de la Justicia, ambos permanecían en libertad. Durante un año continuaron con su actividad sin importarles el proceso al que estaban sometidos y protagonizaron tres nuevos hechos.
El primero de ellos ocurrió el 1 de agosto, cuando Osvaldo trepó la reja de una vivienda en calle Constitución al 600, y en su intento de apoderarse de algunos elementos, rompió el vidrio de una puerta lateral con la intención de ingresar a la casa, pero un vecino alcanzó a notar lo que sucedía y avisó a la Policía, que lo atrapó cuando escapaba en calle Buenos Aires, casi Hernández.
El segundo caso sucedió el 12 de marzo pasado, en donde los dos involucrados ingresaron a propiedad en Chalup al 700, en donde redujeron a las víctimas amenazándolas de que no dijeran ni hicieran nada, y se llevaron un teléfono celular y el cargador.
Cuatro días después, en la madrugada del 16 de marzo, Osvaldo Gutiérrez ingresó a una casa de calle Eva Perón al 700, y sustrajo un módem de internet y un reloj pulsera de metal. Un vecino escuchó ruidos, alertó a la Policía y cuando arribaron al lugar lo divisaron escapando por la parte trasera de la casa con el botín en su poder.