Ayer, 18 de febrero, se cumplieron dos años del asesinato del joven Darío Ferrer, hecho que marcó a fuego a la sociedad uruguayense. Con los culpables tras las rejas los familiares de Darío lo recordaron con una misa en su memoria y con sentidas palabras a través de las redes sociales. El ataque contra Ferrer se produjo un sábado
pasadas las 13 horas mientras se encontraba en su kiosco, ubicado en calle 9 de Julio 1.111. En esos momentos ingresó al lugar, según se pudo saber después en el juicio, Laureano Picazzo, quien tras asaltarlo le efectuó un disparo que le quitó la vida. Picazzo, escapó corriendo hasta la esquina de 9 de Julio y San Lorenzo, donde lo esperaba en moto Sergio Debravandere.
Ambos actualmente están detenidos y purgando condenas de 22 años en el caso de Picazzo y 6 años y 8 meses, su cómplice. El tribunal encargado de condenarlos estuvo integrado por los vocales, Alberto Seró, Mariela Rojas de Di Pretoro y María Cristina Calveyra. Tras la sentencia, los abogados de los acusados apelaron las condenas pero las mismas fueron confirmadas por el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos. El aberrante crimen produjo masivas movilizaciones para reclamar seguridad y justicia. Estas marchas serían una constante durante todo el 2012, ya que a los tres meses del crimen de Ferrer, se produjo el asalto que terminó con la muerte del comerciante Jorge Ortiz, que terminó de agotar la paciencia de los uruguayenses.
Mensaje de la madre
Claudia Perdomo, madre de Darío, recordó a su hijo con un breve texto subido a la red social Facebook: «Querido hijo: te extraño como el primer día. Parece que fue ayer pero han pasado ya dos años de tu trágica desaparición física. Espero que, estés donde estés, seas feliz. Y sé que algún día nos volveremos a reencontrar. Te quiero mucho Darío. Toda tu familia te echa de menos. QEPD». Además, la mujer invitó a todos a «participar de una misa en recordación del segundo aniversario de su fallecimiento en la Parroquia María Auxiliadora a las 20.30» y agregó «Siempre estarás en mi corazón hasta el último día de mi vida. Te quiero hijo».