Los empleados no tienen soluciones y el municipio menos recursos para realizar oferta alguna que satisfaga el pedido. Hubo un corte provisorio en la Terminal y peligran los servicios generales de la comuna. Esta noche hay nueva asamblea.
Se anunciaba, se esperaba, había una tensa calma en el ámbito comunal. No iban a ser días tranquilos fácil tras la decisión de la Asociación de Obreros y Empleados Municipales (AOEM) de llevar a cabo dos días de paro y reclamos de mejoras no solamente salariales sino de condiciones de trabajo, y esto quedó confirmado con cada minuto que pasa en esta caliente paritaria que intentan llevar a cabo los empleados municipales con el Ejecutivo.
A las manifestaciones de los trabajadores frente a la explanada del Centro Cívico, le han seguido una reunión en la noche del martes entre el intendente Lauritto y Mario Barberán, donde hubo algunos cruces fuertes de posturas y un avance de acuerdo con el aumento de un punto y medio más a la oferta ya anunciada, que llevaría el aumento anual al 36,5%.
Novedad, reclamo y asamblea
Si bien el acuerdo de partes no se observa lejos en el horizonte, lo que volvió a mover el avispero y motivó el enojo de los empleados es que la discusión salarial quedaría cerrada hasta febrero de 2017.
Ante esta novedad los trabajadores del municipio realizaron un corte sorpresivo sobre calle Galarza frente a la Terminal, donde se manifestaron en contra de las medidas del Ejecutivo. Este jueves los empleados vuelven a sus tareas con el compromiso de continuar con el frente de diálogo abierto y una nueva asamblea por la noche en el sindicato municipal.
Judicializar la protesta: el riesgo de los servicios municipales
Una de las herramientas con que cuentan los obreros municipales es el manejo de muchos de los servicios que la comuna brinda a los ciudadanos. En este sentido se conoció que una de las constantes advertencias hacia el Intendente fue que sostenga la negociación en función del riesgo de no contar con la prestación de las atenciones diarias en cada sector.
Este hecho fue contrarrestado por Lauritto señalando que una determinación de ese tipo iba claramente a derivar en la judicialización de la protesta, en respeto de las actuaciones comunes para este tipo de negociaciones salariales.