El club estuvo cerca de la quiebra y el descenso. Resurgió de las cenizas y hoy puede ser campeón de la Copa Libertadores.
San Lorenzo se enfrenta a una chance histórica de ganar por primera vez la tan buscada Copa Libertadores, el trofeo más anhelado del continente, que le fue esquivo a lo largo de sus 106 años de vida.
Sus hinchas agotaron todas las localidades del Nuevo Gasómetro para el decisivo encuentro ante Nacional de Paraguay, que también buscará su primer título. Se respira aire triunfalista por Boedo, pero lo cierto es que para llegar a esta instancia, San Lorenzo tuvo que pasar momentos críticos a nivel institucional y deportivo en los últimos años. Pero se supo reponer y resurgió de las cenizas.
Basta con recordar el legado que dejó Carlos Abdo en julio de 2012 en un club que estaba en llamas. Su caótica renuncia, acompañada por la de otros miembros de comisión directiva, derivó en las elecciones anticipadas y el arribo de la fórmula Matías Lammens y Marcelo Tinelli, que arrasaron con más del 80% de los votos. Había que enderezar las finanzas de un club que iba derecho a la quiebra y los socios de San Lorenzo, desesperados, apostaron por el salvataje económico del Cabezón.
En lo deportivo, el club vivía una de las peores crisis de su historia. Bajo la dirección técnica de Ricardo Caruso Lombardi, logró salvarse milagrosamente del descenso directo en la última fecha del Clausura 2012 con un triunfo ante San Martín de San Juan y luego pudo ganarle la Promoción a Instituto con relativa tranquilidad.
El resurgir. Una vez que el club pudo ordenar el desastre y pagar las deudas que se mantenían con jugadores y empleados, se comenzaron a plantear los objetivos deportivos. Se contrató a Juan Antonio Pizzi, que no había podido lograr el ansiado ascenso con Rosario Central, pero que de a poco le fue encontrando la fórmula a un San Lorenzo que tenía un equipo con varias promesas jóvenes a punto de explotar.
El primer fracaso de Pizzi fue en la Copa Argentina, donde perdió por goleada la final ante Arsenal y también la chance de ingresar a la Copa Libertadores 2014. El entrenador ofreció su renuncia, pero los dirigentes lo apoyaron. Y esa banca fue clave para la obtención del torneo Inicial 2013 con un empate en cancha de Vélez.
El objetivo se había cumplido, pero Pizzi decidió marcharse al Valencia y le llegó la hora a Edgardo Bauza, quien ya sabía lo que era ganar una Copa Libertadores con la Liga de Quito en 2008.
Cómo detener la ilusión del hincha, que volvía a festejar un título después de seis años tras pasar momentos de mucho sufrimiento. Cómo detener la fe del pueblo azulgrana, que volvió a identificarse con los colores y se empezó a asociar al club masivamente. En todo el país fue furor el Cuervo Móvil, donde a cada minuto crecía la cantidad de adherentes. Entre enero y julio de 2012, San Lorenzo sumó 5504 nuevos asociados y un año más tarde, la cifra se amplió a 16.224.
Ayuda Santa. Los devotos hinchas del Ciclón tuvieron otra gran satisfacción con el nombramiento del cardenal Jorge Bergoglio como nuevo Papa. San Lorenzo también tenía representación en el Vaticano con su hincha más famoso.
Otra gran noticia a nivel institucional llegaba desde la Legislatura con la aprobación de la Ley de Restitución Histórica, que autorizó a San Lorenzo a comprar nuevamente los terrenos de Avenida La Plata, en el barrio de Boedo, donde yacía el viejo estadio.
San Lorenzo renació desde las cenizas en muy poco tiempo y los últimos acontecimientos parecen jugarle a favor, incluida la agónica clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores, esa que esta noche puede quedar por primera vez en las vitrinas del Ciclón.