El delantero paraguayo fue fichado por el Tanabi Esporte Clube, que milita en la segunda del campeonato paulista. Sus sensaciones y su futuro.
Una bala puso prematuro final a su meteórica carrera, tras el retiro Salvador Cabañas fue retratado vendiendo pan. Las vueltas de la vida le dan revancha y ahora el delantero paraguayo es el refuerzo estrella del Tanabi Esporte Clube, de la serie B del Campeonato Paulista.
En su nuevo presente, Cabañas infla el pecho y, mientras se abre paso entre decenas de periodistas, recorre el pueblo sobre la caja de un camión. Las altavoces anuncian la presencia del nuevo ídolo. La gente se alborota, los cánticos evocan tiempos felices.
En una nota con BBC Mundo, el goleador asegura: “A mí me gusta la presión”, comenta. “Eso me hace jugar mejor”. ”Lo que me ha salvado es el fútbol”, subraya.
Enseguida, proyecta sueños en su selección y tantea desafíos que se avecinan: “Quiero mostrarle a mi país lo que es Salvador Cabañas, que sigo adelante y que no hay un número 10 como yo en la selección paraguaya“.
Dice que ni piensa en retirarse hasta cumplir ese sueño, y “falta mucho todavía” para que cuelgue los botines.
Por último, recordó su momento más grave: “La bala está ahí. Ya se encapsuló y es difícil de quitarla. Es mejor tenerla ahí nada más. Pero sin peligro”, cerró.