Paraná y Oro Verde han perdido una vía de comunicación con el cierre de circulación del ramal que las unía. Aseguran que la medida «es porque nadie utilizaba el servicio». Dónde quedó el sueño entrerriano de Urribarri de la reactivación ferrovaria en la provincia.
En la estación de trenes de Paraná aseguran que la medida se tomó porque «nadie utilizaba el servicio», por lo que el gobierno de Gustavo Bordet decidió achicar ese gasto un tiempo atrás y concluir con el servicio. Aún hoy siguen vigentes los servicios que viajan a Colonia Avellaneda todos los días y el de los fines de semana de Paraná a Concepción que retorna el domingo a la capital provincial.
Sin tren
El tren que une Paraná con Oro Verde dejó de funcionar porque «nadie utilizaba el servicio», repiten en los pasillos de la antigua estación de trenes que se encuentra sobre boulevard Racedo, uno de los barrios más pintorescos de Paraná. Y si bien no hay una confirmación oficial, la medida se habría tomado hace algunos meses. Actualmente se mantienen los viajes diarios a Colonia Avellaneda con un costo de un peso que se paga arriba del tren directamente.
A Concepción
Cada viernes a las 13 horas parte desde la capital provincial el tren Materfer rojo y blanco rumbo a Concepción del Uruguay. El mismo llega a las 13.20 a Oro Verde y luego pasa por Tezano Pinto, Villa Fontana, Las Delicias, Racedo, Gobernador Crespo, Camps, Ramírez, Aranguren, Hernández, Betbeder, Nogoyá, XX de Septiembre, Lucas González, Andrade, Solá, Tala, Rocamora, Basavilbaso, Mantero, Herrera, San José, Caseros y Concepción del Uruguay, a la que arriba aproximadamente a las 20.15. El precio del viaje es de apenas 24 pesos, y la formación tranviaria retorna hacia Paraná a las 13 del domingo.
El sueño entrerriano
El 25 de agosto de 2010, luego de haberse subido al tren que unió Caseros con Arroyo Barú, el entonces gobernador Sergio Urribarri se bajaba junto a su familia y delante de la gente reunida a la vera de la vía para saludar, alentar y festejar el paso del cochemotor Materfer decía que era «mucha la emoción y el orgullo y más aún el nuevo desafío que emprendemos» y que «no hay plata en el mundo que nos pague a los entrerrianos el haber estado 33 años sin trenes». «Hay que ponerle fe y muchas ganas para que nunca más nos frustren los sueños, porque el tren volvió para quedarse», afirmó en ese entonces el gobernador, una realidad que seis años después su sucesor no ha podido mantener en la escala de lo soñado, con una bajante a la realidad de la dura economía entrerriana.