Pasadas las 4 de la mañana, el vicepresidente se juntó en el predio de Ezeiza con la delegación que retornaba tras la caída por 4-0 con Godoy Cruz y expresó su preocupación por el presente del equipo.
Luego de la histórica goleada sufrida por 4-0 en Mendoza ante Godoy Cruz, el plantel de Boca regresó a Buenos Aires pero la derrota movió tantos cimientos que su retorno no pasó desapercibido puertas adentro. La imagen que dejó el equipo preocupó tanto que el propio vicepresidente Juan Román Riquelme se reunión con los jugadores y cuerpo técnico durante la madrugada.
Después de ser vapuleado por el Bodeguero, la delegación azul y oro emprendió un vuelo chárter hacia la Ciudad de Buenos Aires y pasadas las 4 de la mañana arribaron al predio de Ezeiza para que cada futbolista tomara su auto particular y se fuera a su casa, ya que hoy tenían día libre, pero allí los esperaba el vicepresidente.
En la cumbre con el ídolo, que este domingo tendrá su despedida, estuvieron los integrantes del plantel y el cuerpo técnico que encabeza Jorge Almirón. Si bien aún no trascendieron demasiados detalles, la reunión sirvió para que el dirigente les diera “un tirón de orejas” por lo ocurrido en el Malvinas Argentinas.
Además, Riquelme expresó su preocupación por el momento del equipo que, si bien aseguró su pasaje a los octavos de final de la Copa Libertadores, no termina de despegar y ayer sufrió tantos por errores individuales y mostró niveles muy por debajo de lo que se espera. Puertas adentro del club creen que cualquier equipo ordenado y con intensidad le está compitiendo con facilidad al Xeneize y generalmente lo complica.