Las altas temperaturas conforman uno de los pilares fundamentales para el desarrollo del vector del virus Dengue, Zika y Chikungunya. La magister en Ingeniería Ambiental Martina Villanova explicó por qué las medidas más eficientes siempre van a ser las que tomemos en nuestros hogares.
Prevenir el aumento de casos de dengue durante este verano es tarea de todos. Debemos actuar en nuestros hogares para evitar que haya espacios donde el Aedes aegypti, vector del virus, sea capaz de desarrollarse hasta convertirse en mosquito adulto. Es, puntualmente, la hembra quien transmite el virus al alimentarse con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otras personas les transmite la enfermedad. Lo explicó a UNER Medios Martina Vilanova, Magister en Ingeniería Ambiental e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Salud.
El mosquito que transmite el dengue “se caracteriza por ser de color oscuro y con manchas plateadas, es la gran diferencia respecto a los otros que tenemos en nuestra zona”, indicó Villanova. Tiene distintas etapas de desarrollo: primero es huevo, después larva, luego pupa, hasta convertirse en el mosquito adulto capaz de volar. “En las primeras etapas de desarrollo es cuando podemos llegar a actuar con medidas de prevención, porque el huevo, la larva y la pupa se desarrollan en el agua”, detalló.
Nos encontramos en una época que facilita el desarrollo del Aedes aegypti porque “la ocurrencia de temperaturas elevadas y sostenidas en el tiempo son propicias para la eclosión de los huevos del vector de dengue, siempre y cuando estos huevos se encuentren en contacto con el agua”, sostuvo. Asimismo, la investigadora informó que “conforme a lo que indica el Boletín Epidemiológico Nacional, en lo que va de la temporada 2021-2022 aún no se han registrado casos confirmados de dengue”.
Reforzar las medidas
“Cualquier recipiente capaz de acumular agua puede convertirse en un criadero de Aedes Aegypti: floreros, porta macetas, bebederos de mascotas. Pero algunos pueden llegar a generar una gran cantidad. Por ejemplo las cubiertas de los automóviles, por su forma que impide que se vuelque totalmente el agua, su material aislante y su color oscuro que permite mantener la temperatura adecuada para la proliferación del vector”, expresó.
Interrumpir el ciclo de vida del vector es el objetivo principal. “Dentro de las herramientas que tenemos como ciudadanos, la más recomendada es la eliminación y/o volteo de objetos con potencial de acumular agua. Por más que sea una medida repetitiva de todos los años, es la mejor que tenemos”. También hay medidas a nivel personal que podemos tomar para evitar la picadura del mosquito, “entre ellas la aplicación de repelentes y tener en cuenta el tiempo de renovación entre cada aplicación. Por otro lado, vestir prendas largas y utilizar mosquiteros para evitar el ingreso de mosquitos a nuestras viviendas, también cubrir las cunas de los bebés”.
Por último, Villanova aclaró: “Desde el área de Zoonosis y Vectores del Ministerio de Salud de Entre Ríos se enfatiza en que no se debe considerar a la fumigación como una medida preventiva para luchar contra el vector del virus. Tenemos que tener en cuenta que la principal medida y la más efectiva consiste siempre en la eliminación de criaderos”. Esto se debe a que “para eliminar el mosquito adulto tendríamos que fumigar absolutamente todos los espacios urbanos y periurbanos. Sí es necesario practicar la fumigación cuando tenemos un caso sospechoso o confirmado”, desarrolló.
Mediante el programa UNER Saludable apelamos a que toda nuestra comunidad sea consciente, aún en época de receso, que el cuidado de la salud y el ambiente debe ser un compromiso asumido por todos, consolidado en acciones concretas. A modo de conclusión, la investigadora de nuestra Universidad enfatizó: “Tiene que quedar muy claro que la lucha antivectorial empieza por nosotros, por casa”.