El 23 de marzo de 1871 fallece el Presbítero Domingo Ereño. Este sacerdote, cuyo nombre lleva una calle en Concepción del Uruguay, falleció en Buenos Aires de fiebre amarilla mientras asistía a los enfermos. La Coordinación de Comunicación Ciudadana y Protocolo, recuerda su persona y su vínculo con La Histórica.
Fue un sacerdote y educador vasco-español aunque algunos autores señalan que fue un vasco – francés, que se radicó en la Banda Oriental donde fundó la iglesia de la localidad de Unión; estuvo en el sitio de Montevideo del lado de Oribe y luego vino a Entre Ríos, siendo muy amigo de Urquiza cuyo matrimonio con doña Dolores Costa bendijo en 1865. Acompañó por algún tiempo como vicerrector a Alberto Larroque en la rectoría del Colegio de Uruguay desempeñándose también como docente; fue cura párroco de Villaguay y Uruguay y en 1861 se lo nombró vicario foráneo sin previa presentación al gobierno por cuyo motivo éste dejó a salvo su derecho al patronato. Contribuyó firmemente en la erección del templo de la Inmaculada Concepción
Los datos obtenidos, remarcan que en trance grave de salud asistió al general Crispín Velázquez, por pedido de Urquiza. Su nombre está inscripto en el monumento levantado en Buenos Aires en memoria de los caídos por la peste y sus restos sepultados, en 1872, en la iglesia que fundara en el barrio Unión, de Montevideo. En su honor, Concepción del Uruguay posee una tradicional calle con su nombre, que bien vale recordar a 150 años de su fallecimiento: Presbítero Domingo “Ereño”.
La arteria lleva su nombre, tras sancionarse el 14 de noviembre de 1941, la Ordenanza N° 1201 que le otorga en su artículo 2°, el Nombre de Ereño a la entonces calle San Luis.