La ceremonia se llevó a cabo en el Monumento a los caídos de Malvinas frente al cementerio local. La iniciativa es impulsada por el Ministerio de Defensa de la Nación en el marco del «día de máxima resistencia», en alusión al 14 de junio de 1982, cuando Argentina oficialmente declaró su rendición.
El jefe del Batallón de Ingenieros Blindado 2 “General José Francisco Ramírez”, teniente coronel Alejandro Aristarco Candia Michel presidió la ceremonia del Abrazo ciudadano a los héroes de Malvinas este viernes, en el marco del aniversario de la finalización de la gesta de Malvinas.
Además, estuvieron presentes los familiares del Cabo Primero de Gendarmería Carlos Misael Pereyra, caído en combate.
Los motivos del abrazo ciudadano impulsado por el Ministerio de Defensa
A través de la Resolución 553/2024, el organismo sostiene que «en la partida de los soldados a Malvinas tras la recuperación del 2 de abril de 1982, se generó un gran apoyo de parte de toda la población argentina, movilizando grandes multitudes en lugares públicos, en las salidas de los regimientos, así como también en las partidas de los trenes, para ofrecer golosinas, cigarrillos, dinero o simplemente la mano, una palmada e incluso, un abrazo».
Y agrega: «Finalizada la Guerra de Malvinas y con el retorno de los prisioneros al continente, el Estado Nacional no reconoció los servicios a la patria de los combatientes. Tras el cese del fuego y el resultado de la contienda, el gobierno de ese entonces decidió “invisibilizar” a los soldados que habían puesto sus vidas al servicio de la Patria, y con esa decisión también le impidió al pueblo que los había “aclamado” y acompañado con cartas y donaciones, poder recibirlos con un abrazo de consuelo y un orgulloso gracias».
Asimismo, fundamenta: «Luego de 74 días de la recuperación de las Islas Malvinas y del desarrollo de los combates finales sobre Puerto Argentino, el regreso de los Veteranos al continente a sus lugares de asentamiento de paz fue, en la mayoría de los casos, de noche o a estaciones terminales secundarias, siendo “escondidos” de la ciudadanía y de sus familiares en cuarteles militares, negándoseles de esta manera un recibimiento honorable».
«Esta situación fue manifestada en forma permanente por los Veteranos, y que, con el transcurso de los años, existieron intentos de recuperar la relación con la ciudadanía, no siendo del todo efectivas», subraya.
El origen del abrazo ciudadano
De este modo, la resolución enfatiza: «En la Oficina de Coordinación de Veteranos de Guerra se ha desarrollado el concepto de “Abrazo Ciudadano” y se lo define como el acercamiento personal entre la ciudadanía y el Veterano de Guerra, como un gesto simbólico de ambos con la finalidad de lograr empatía y transmitir calidez personal, sentimientos y experiencias en ambos sentidos de la comunicación, y que hoy tenemos la oportunidad de expresarlos, aunque hayan pasado 4 décadas de ese retorno “a casa”».
Por ello, el Ministerio de Defensa establece «Fomentar permanentemente el sentido de pertenencia de los Veteranos de la Guerra de Malvinas con las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad y difundir la Gesta de Malvinas a fin de otorgarles un reconocimiento integral del servicio prestado a la patria, e incorporar el concepto de “Abrazo Ciudadano” a la relación de la ciudadanía con el Veterano».
El 14 de junio de 1982
Ese día el Gobernador de las Islas Malvinas, General de Brigada Benjamín Menéndez, se rindió ante las fuerzas británicas, hecho con el que se puso fin a la Guerra del Atlántico Sur. Si bien la capitulación representó una derrota para el país, la resistencia y el valor de nuestras tropas fueron reconocidos hasta por los comandantes británicos.
El 14 de junio, luego de 74 días de haber combatido con coraje y honor por mar, tierra y aire, se produjo la capitulación argentina. La derrota en las armas era inminente, pero en los corazones de nuestros héroes seguía ondeando la bandera argentina, como todavía lo hacía en Malvinas.
La Infantería de Marina peleó hasta el final, en aquellos combates con nombres inolvidables: Monte Longdon, Monte Tumbledown, Sapper Hill y Pony’s Pass. En esa mañana de junio se produjeron las últimas bajas.
A partir del mediodía, dada la orden de deponer las armas, los Infantes de Marina pasaron a condición de prisioneros de guerra de las tropas británicas, siendo concentrados en el aeropuerto durante cuatro días, hasta que fueron embarcados en el transporte polar ARA “Bahía Paraíso” y en el rompehielos ARA “Almirante Irízar”, buques configurados como hospitales reconocidos por la Cruz Roja Internacional, para luego ser trasladados al continente.
Después de aquellos 74 días, después de los 649 caídos en combate y las heridas incurables de la batalla, todos los combatientes fueron condecorados por el Congreso de la Nación por haber defendido a la Patria. Algunos recibieron más de una distinción, esta vez otorgada por la Nación Argentina: al valor en combate, al muerto y al herido en combate. También otorgaron medallas cada Fuerza y las Legislaturas de cada provincia. Gaceta Marinera.