Kevin Durant, alero de Oklahoma City, superó un histórico récord de MJ y va por más. La importancia de su primer entrenador, a quien le rinde tributo en cada partido.
Las comparaciones suelen ser odiosas pero día a día aparecen nuevas estrellas en el deporte que asoman para opacar el brillo de los astros del pasado y de todos los tiempos. Hablar de Kevin Durant, el jugador del momento de la NBA, y ponerlo a la altura de Michael Jordan pareciera ser una falta de respeto, aunque los méritos del alero de Oklahoma City Thunder están a la vista y sus números no paran de crecer.
Con sus 38 puntos conseguidos en la derrota de los Thunder ante Phoenix Suns, Durant superó el récord de 25 o más tantos durante 41 encuentros consecutivos que ostentaba el mismísimo Jordan cuando jugaba para Chicago Bulls en la temporada 86/87. Y aún puede destrozar la marca de otra leyenda como Oscar Robertson (46 partidos seguidos).
Es más, en su increíble hazaña, el alero de 25 años le encestó 53 puntos a Golden State Warriors demostrando su enorme poder anotador, clave para guiar a su equipo al sueño del anillo y ser la amenaza directa para Manu Ginóbili y los San Antonio Spurs.
En su séptima temporada en la NBA, Durant promedia 27.4 puntos por partido sobre un total de 536 juegos. Hasta ahora, los 30.1 tantos que promedió Jordan en su exitosa carrera con más de mil partidos entre los Bulls y los Washington Wizards parecen sólo un obstáculo para un alero joven con muchos años por delante.
Durant fue líder en puntos durante tres temporadas seguidas en la NBA. Busca ser el jugador más valioso.
Superar a MJ en la tabla de honores es prácticamente una utopía y nadie pretende que Durant lo haga. Ni siquiera pudo obtener un anillo de la NBA contra los seis de Jordan. Aunque ya disputó una finalísima con Oklahoma, que no pudo coronarse en la 2011/12 tras caer rotundamente ante el Miami Heat de LeBron James.
Tampoco será sencillo llegar a ser cinco veces MVP de la liga, como Michael aunque a nivel equipo Durant ya fue campeón mundial (y líder) con la selección de Estados Unidos en Turquía 2010 y ganó la medalla dorada en Londres 2012. Logros que tranquilamente podría repetir en España 2014 y Río de Janeiro 2016.
Durant tampoco tiene el alto perfil ni el marketing de figuras rutilantes como LeBron James o Kobe Bryant, a quien admira tanto que llegó a decir que es “el mejor de la historia”. Pero este alero de 2.06 metros tiene el hambre y la humildad de los grandes (como MJ): “Sé que tengo mucho que mejorar, aún no he llegado ni de lejos a lo que puedo ser como jugador”, dijo en una entrevista al diario As.
Tal vez, esas ganas de seguir mejorando y alcanzando metas se las deba al entrenador Charles Craig, el hombre que más influyó en su carrera para pegar el salto a la NBA. Big Chucky no solo fue su coach sino que obró de figura paterna para un joven Durant, abandonado por su padre biológico desde pequeño.
Craig se convirtió en su líder espiritual y le enseñó valores además de guiarlo para ser una estrella de la NBA. “Chuck me dijo que algún día podría ser muy bueno, pero que para ello tenía que trabajar a conciencia. Él me hizo creer en mis posibilidades”, relató Durant en una nota a ESPN.
A los 35 años, Craig fue asesinado al quedar atrapado en medio de un tiroteo y Durant sufrió un duro golpe anímico. ¿De qué manera decidió homenajearlo? Eligió la camiseta número 35 para jugar cada partido en honor a quien le hizo pelear y superarse día a día. Así, una noche de abril, pudo quebrar el récord del basquetbolista más grande de todos los tiempos.
(*) Redactor de 442