Durante la semana se conocieron varios casos de obras civiles cuya ejecución fuera suspendida por la comuna, en virtud de la falta de cumplimiento de algunos requisitos formales. La práctica había establecido que los propietarios iniciaban la obra sin los correspondientes permisos, pese a la normativa expresa que lo prohíbe. La situación se corregía una vez finalizada la construcción, oportunidad en la cual abonaban la correspondiente multa.
Pero en las últimas semanas, inspectores del área de obras civiles de la comuna ajustaron las exigencias y clausuraron varios emprendimientos, lo que impide a los trabajadores continuar cobrando sus salarios hasta que la situación se resuelva. Ello ocasiona un grave perjuicio a los obreros de la construcción, pese a que la modalidad surgida de una práctica incorrecta pueda censurarse.
La Prensa Federal consultó a varias empresas del sector, en general pequeñas, quienes confirmaron la especie y adelantaron que “el problema se agravará en los próximos meses”, sobre todo si se tiene en cuenta el elevado porcentaje de informalidad que este mercado posee. Según dicen los trabajadores, “la construcción es un rubro en el cual se arregla directamente entre el dueño y los albañiles”, lo que “no está bien pero nos permite llevar el pan a nuestra mesa”, señaló uno de ellos, a quien en los últimos 15 días se le cayeron dos obras.