En la provincia están funcionando 3.000 granjas avícolas (tomadas como unidad productiva) que pueden tener desde 5.000 a 50.000 pollos, según lo que marca la base de datos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
El destino que se le da a la cama de pollo desperdicios de las aves en cautiverio es «una preocupación», según dijo Fernando Raffo, secretario de Ambiente de la provincia. El funcionario participó en la Jornada de capacitación Gestión de residuos de la industria avícola para reducir la huella de carbono que se realizó en San José. En ese ámbito diferentes actores, preocupados por la salud del ambiente, están buscando nuevas tecnologías para que se generen menos problemas con los desechos.
Oscar Sosa, ingeniero agrónomo de la cátedra de Manejo de Tierras de la Facultad de Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), explicó en un informe que elaboró a mediados de 2005 que «en general los estiércoles generados en los sistemas de producción animal han sido observados en los últimos tiempos como residuos con potencial contaminante, particularmente cuando se acumulan en grandes cantidades». También definió que «es interesante destacar que tales materiales, en caso de ser excretados en sitios localizados, pueden aplicarse al suelo como enmiendas orgánicas. En parte por constituir una importante fuente de nutrientes para los cultivos, pero además porque suelen elevar los niveles de humus y, de esa manera, mejorar las propiedades físicas y la condición biológica de los suelos».
Entre las excretas que en el país se deponen y acumulan en áreas localizadas merecen considerarse las producidas en avicultura. Se destaca la cama de pollo, mezcla de estiércol con un sustrato constituido por materiales fibrosos como aserrín, paja y cáscara de diversos granos. El documento sirve para entender la realidad de Entre Ríos. «Hay muchos estudios sobre las bacterias que viven en esos desechos que las tenés que matar o inutilizar para que después no generen un riesgo sanitario en la crianza», explicó el funcionario que por estos días está armando un equipo de trabajo en la Facultad Tecnológica de la ciudad de Concepción del Uruguay para desarrollar el potencial de la energía solar fotovoltaica. Es que los techos de las granjas avícolas también fueron pensados en algún momento para que se coloquen los paneles solares.