La situación hídrica en el Litoral es crítica y los ríos Iguazú, Paraná y Uruguay registran bajantes históricas por una sequía en el sudeste de Brasil. La retracción se acentuó en el último mes, y eso comienza a encender las alarmas por diferentes aristas: por la generación de energía, por la provisión de agua potable, la navegación y el vuelco de residuos cloacales en aguas bajas del río Uruguay. Esta última arista es preocupante, la ambiental.
Pasada la temporada de verano, con una altura ideal y estacionaria que no atentó contra el uso de las playas, la bajante del río Uruguay sobre la costa entrerriana pasó de la sorpresa a la preocupación. Mientras en las poblaciones ribereñas de la vecina República Oriental del Uruguay se registran marcas negativas (bajo cero), frente a la costa entrerriana las alturas alcanzan valores históricos. En Concepción del Uruguay el río cayó a los 0,30 metros, con caudales cercanos a marcas históricas. En los últimos 30 años solamente dos veces la marca estuvo debajo de los 30 centímetros: en el año 2000 llegó a los 24 centímetros y en el 2006 en la sequía histórica que lo llevó a apenas 6 centímetros sobre el cero.
En esta oportunidad, la situación obedece a la bajante que se registra en toda la cuenca del Plata. La falta de precipitaciones en la región y fundamentalmente en las cuencas superiores –donde el río mantiene su tendencia a la baja– dejó en evidencia que las perspectivas de lluvias que iban a permitir una gradual normalización de los caudales, ya reducidos en diciembre, finalmente no se concretaron pese a la estimación del Servicio Meteorológico Nacional (SNM).
Ahora, tanto el SMN como el Instituto Nacional del Agua no prevén tendencias climáticas alentadoras. Es que el SMN prevé que hasta mayo se puede dar una ocurrencia de lluvias en niveles normales para la época; ello no alcanzará para revertir el actual déficit y recuperar las alturas normales.
Preocupación
Lo que en verano resultó un alivio para la temporada de playas, y en la actualidad ofrece como pintorescas y extrañas postales, se ha convertido en intranquilidad de mantenerse o acentuarse aún más la situación.
Por un lado, los reducidos caudales que descienden desde las cuencas superiores pueden afectar la normal producción de electricidad en Salto Grande.
Por otra parte, es posible que la navegación fluvial pueda resultar afectada en caso de continuidad de esta bajante extrema. En tanto que en cada una de las localidades ribereñas pueden resultar afectadas la toma y producción de agua potable; se puede agravar el inconveniente de la presencia de algas; y un impacto ambiental puede estar dado por el depósito y vuelco de residuos cloacales sin ser tratados en aguas bajas.
Planta potabilizadora
El secretario de Servicios Sanitarios y Desagües Pluviales de Concepción del Uruguay, Fernando Lescano, destacó días atrás que luego de las nuevas obras del Plan Maestro de Agua, el servicio de agua potable no se ve afectado por la bajante del río en Concepción del Uruguay ya que con la nueva obra, las bombas que toman el agua del río lo hacen a 1,30 metros por debajo del cero del río.
“Es por esto que, aunque estemos en sequía, no hay problemas. Obviamente no trabajan las cargas de agua ideales, pero entra el agua que necesitamos”, señaló el funcionario. “Respecto a la calidad, también, al tomar bien de abajo no hay ningún rastro de algas o cianobacterias, así que hasta ahora funciona todo bien, el sistema está pensado así”, indicó.