Puede ser para el ídolo una forma de descarga emocional. Estudios.
Puede ser para el ídolo una forma de descarga emocional. Estudios.
“Lo he visto en partidos tranquilos, en España, vomitar y seguir jugando como si nada”. [ Ver fotogalería ]
Muchos mitos corren sobre los vómitos de Lionel Messi. Hasta el abuelo del ídolo, Antonio Cuccitini, afirmó tener miedo por no saber qué es lo que tiene Lio. Es que al principio se los relacionó con el intensivo tratamiento hormonal al que fue sometido durante la adolescencia para estimular su crecimiento, pero fue el médico endocrinólogo que supervisó el tratamiento, Diego Schwarztein, quien se encargó de derrumbar esa hipótesis.
Cuando los vómitos empezaron a acosar al jugador en cualquier momento y situación (en su casa, en entrenamientos, en partidos), Messi se sometió a intensos estudios para definir qué se los provocaba. Lo que más buscaban los especialistas era dar con rastros de trastornos que normalmente provocan vómitos, como gastritis, úlcera, reflujo estomacal. Pero nada apareció: desde endoscopías hasta análisis de acidez, todos los estudios dieron bien.
La principal hipótesis es entonces que los vómitos de Messi están causados por el estrés, el exceso de presiones que implica su actividad. Especialmente cuando se es dueño de un perfil bajo, tímido y tranquilo.
Cuando Lio comenzó a destacarse del resto de los futbolistas, las empresas corrieron detrás de su imagen. Tanto Jorge Horacio, padre del jugador y responsable de manejar sus negocios, como el club Barcelona, comenzaron a facturar sin tener en cuenta que Lio no se siente cómodo en los sets de filmación.
De Messi siempre se espera la perfección, la jugada salvadora, la gloria deportiva. En España o en la Argentina, él tiene que ponerse el equipo al hombro. Una presión abrumadora de la que dan cuenta muchos otros jóvenes sometidos a la necesidad de excelencia full time y que, como lo mostró en el cine la película “El cisne negro”, puede disparar cuadros psicosomáticos de difícil diagnóstico. En la película, Natalie Portman es una bailarina que contrarresta esa exigencia con episodios de vómitos.
Como si nada. “Lo he visto en partidos tranquilos, en España, vomitar y seguir jugando como si nada”, describe Guillermo Bortman, médico cardiólogo, director médico de Boca Juniors. “Lo que vomita es agua, es como si tuviera un catarro suave: lo expulsa y continúa con su juego, normalmente. Yo creo que estos episodios tienen que ver con la presión a la que está sometido. Y creo que la está llevando de maravillas”, describe.
No es común entre los futbolistas que haya vómitos en la cancha. Pero sí son frecuentes otras expresiones vinculadas con el estrés. Por ejemplo, el miedo escénico. “Hay estrellas del fútbol extranjero que cuando llegan a Boca no pueden jugar, se paralizan, no existen en la cancha, les va mal –describe Bortman–. Y lo mismo les pasa a argentinos que son transferidos a planteles europeos. Son jugadores que sufren la presión y no pueden hacer ni demostrar lo que saben”. A algunos jugadores el exceso de estrés los lleva a lesionarse una y otra vez. Otros, se paralizan. Messi, vomita.
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