La mitad de las selecciones de la Conmebol, contando a Argentina, tiene entrenadores de acá.Consagrados o no, los eligen antes que a los brasileños. ¿Por qué?
Los técnicos argentinos marcan tendencia en las selecciones sudamericanas; cuando ayer se hizo oficial la contratación de Gustavo Quinteros para dirigir a Ecuador, la lista llegó a cinco: José Néstor Pekerman en Colombia, Jorge Sampaoli en Chile, Ramón Díaz en Paraguay y, más lógico, Gerardo Martino en Argentina completan la nómina de entrenadores en celeste y blanco. Una combinación de colores que se impone en la mitad de las selecciones de la Conmebol.
Los motivos por los que los técnicos argentinos seducen en otras tierras son diversos. Para la mayoría de los países sudamericanos, las dos mejores escuelas futbolísticas de América son las de Brasil y Argentina, pero el idioma suele inclinar la balanza.
El caso Colombia es un ejemplo de la atracción que generan los técnicos argentinos: desde el ocaso de los ciclos de Bolillo Gómez y Pacho Maturana la Federación intentaba, pero no lograba terminar de cerrar una contratación al pie del Obelisco. Primero se frustró la llegada de Marcelo Bielsa, en 2006, porque no le gustaban los campos deportivos del país, y prefirió irse para Chile. Luego fue Tata Martino quien ya tenía todo prácticamente acordado hasta que apareció el club de sus amores en el medio, y prefirió volver a Newell’s. Hasta que, recién en 2012, volvió a tener un técnico extranjero con José Pekerman: el último había sido Carlos Salvador Bilardo, en 1981.
Las dos mejores escuelas futbolísticas de América son las de Brasil y Argentina, pero el idioma suele inclinar la balanza.
Tradición. También es común que en los mejores equipos de estos países el técnico sea extranjero. Y en la mayoría de los casos, argentino. En Ecuador, Gustavo Quinteros logró el título con el Emelec en 2013 y 2014, por eso el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, Luis Chiriboga, vio con buenos ojos que el argentino nacionalizado boliviano se ponga al frente del Tri.
En Chile ocurrió algo similar: Jorge Sampaoli venía de ganar todo con la Universidad de Chile y tras la salida de Claudio Borghi –otro exitoso, pero en el Colo Colo– todas las miradas se posaron en él. Además, la selección chilena venía de una revolución futbolistica llevada a cabo por Marcelo Bielsa, lo que hizo común ver a un técnico argentino en ese banco. “En el fútbol no hay un nacionalismo tan exarcerbado que impida que un extranjero dirija a nuestra selección. Los mejores técnicos que funcionaron en el país siempre fueron de afuera. El único de renombre que tenemos en el ámbito local es Manuel Pellegrini” explica Enzo Barrios, periodista del diario chileno El Mercurio.
En Paraguay pasa lo mismo. Después de la ida del Tata Martino, la selección paraguaya entró en una nebulosa que se comió a tres técnicos, Francisco Arce, Víctor Genes –dos nacionales– y Gerardo Pelusso –uruguayo–. “Hay una gran compatibilidad entre los técnicos argentinos y los jugadores paraguayos, siempre dieron buenos frutos y por eso tratamos de seguir por el mismo camino”, le explica a PERFIL Alejandro Domínguez, presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF). La primera opción, un año atrás, había sido la de Marcelo Bielsa, pero un comentario de un directivo de la APF en contra del Loco enfrió la posibilidad. La pista argentina siguió en pie: antes de firmar con Ramón Díaz, los paraguayos intentaron contratar a Alejandro Sabella y Edgardo Bauza.
La cuestión monetaria también es tentadora. Gabriel Meluk, editor del diario colombiano El Tiempo, razona que los sueldos que se ofrecen son siempre en dólares, un dato que a los argentinos les resulta altamente beneficioso.
Rumores. A los nombrados anteriormente habría que sumar el interés de Perú por contar con los servicios de Daniel Passarella. La Federación Peruana primero tentó a Alejandro Sabella con una suma cercana a los 14 millones de dólares por cuatro años (a repartir con sus colaboradores), pero Pachorra prefirió mantener en pie su objetivo de cruzar el océano hacia el Viejo Continente. Por ahora, el ex presidente de River está estudiando la propuesta recibida, ya que lo seduce la idea de volver a sentarse en el banco de suplentes. Otro que fue ofrecido a la Federación es Gustavo Costas, quien dejó un buen recuerdo en Alianza Lima, con el que fue campeón en 2003 y 2004.
¿Y qué pasa si el Kaiser no firma con Perú? La reunión de entrenadores argentinos en la próxima Copa América de Chile será igual de multitudinaria.
Y más lejos también. Hay más técnicos argentinos dando vueltas por el mundo dirigiendo selecciones. En Guatemala está Iván Franco Sopegno, ex arquero de Rosario Central en 1983, que pasó por clubes peruanos y se retiró en 1998 en Central Córdoba de Rosario. Luego continuó su carrera en diferentes equipos del país centroamericano como entrenador, hasta que llegó a Comunicaciones, con el que ganó cinco títulos nacionales en Guatemala. Las excelentes campañas en el equipo lo catapultaron a la selección de ese país en 2014. Este año deberá afrontar la Copa de Oro en Estados Unidos, y si obtiene buenos resultados, también entrenará a Guatemala en las eliminatorias de Rusia 2018.
Esteban Becker, exjugador de Independiente y Quilmes, fue luego preparador físico en Deportivo Español y continúo su carrera en clubes del ascenso español. Dirigió en varios países hasta que llegó a ser el entrenador del seleccionado femenino de Guinea Ecuatorial, el paso previo a ser nombrado entrenador del equipo masculino del mismo país. Esa selección está jugando por segunda vez en su historia la Copa de Africa, y logró clasificarse a los cuartos de final por sorteo, tras haber quedado igualado con Mali. Mañana, Becker y sus muchachos enfrentarán Ghana, con la pretensión de consumar una hazaña: llegar a semifinales.
Otro de los técnicos que se podría sumar a la lista de entrenadores en selecciones extranjeras es Claudio Borghi, candidato a dirigir Costa Rica. Al dejar el equipo Jorge Luis Pinto, y tras el no de Ricardo Gareca, una de las opciones que manejan los ticos es la del Bichi, quien ya mostró su entusiasmo por tomar el mando de la selección.
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario Perfil.