Peor imposible

Peor imposible Acuso el mazazo de Alemania. Holanda, que terminó tercera, lo vapuleó 3 a 0. Peor imposible

De las mayores expectativas al infierno más crudo y descarnado en apenas una semana. Lo que “debía” ser el Mundial que instalara sin discusiones a Brasil a los primeros planos, catapultara a su estrella Neymar al olimpo y ubicara a ese viejo zorro del fútbol llamado Luiz Felipe Scolari como  gestor fundacional de una nueva identidad basada en un juego más utilitario y alejado de las raíces históricas, terminó estrellado en sus propias miserias, sin reacción ante la adversidad, sufriendo el escarnio de su propio público, que luego de comparecerlo por los siete goles que recibió de Alemania, se mofó ante el juego simple y efectivo con el que Holanda terminó floreándose en un trámite que le fue favorable desde el comienzo mismo.

Cuesta creer que una Selección brasileña se despida de un Mundial después de haber recibido 10 goles en dos partidos, y 14 en el total, la suma más abultada sufrida por una Selección verdeamarela en un Mundial y habiendo demostrado una tremenda anemia de generación de juego, más allaá de pincelazos de individualidades que le permitieron, al menos, anotar 11 veces.

Si las dudas que aparecieron en la primera ronda (victorias ajustada ante Croacia, empate con México y goleada por decantación a Camerún) y en el cuasi milagroso pase a cuartos por penales contra  Chile, parecieron disiparse con la buena victoria ante Colombia, la máquina alemana pulverizócualquier intento de consolidación.  

Con ese panorama, más el pase a la final de Argentina como carga emocional, a los sufridos jugadores brasileños no les quedó otra que dar la cara para lavar su orgullo en el partido por el tercer y cuarto puesto.

Poco tuvo que hacer Holanda en ese contexto: encontró el primer gol en una decisión polémica del árbitro argelino Hajmoudi, que vio foul dentro del área a Robben. Lo que era tiro libre y roja para el defensor, fue penal y amarilla. Van Persie transformó las polémícas en el 1 a 0. Los goles de Blind y Wijnaldum cerraron la demostración de solidez y carácter Naranja.

El futuro de Brasil tiene una sola certeza: Neymar, el único que quedó a salvo del papelón y que lesionado y dolido puso la cara aún sentado en el banco de suplentes. A su alrededor, Brasil quizá pueda iniciar el camino de la reconstrrucción. Pero por ahora, le será muy duro salir del fondo. El tiempo dirá.