Pasó parte de su infancia y ejerció como maestra: un libro relata las vivencias de la primera médica argentina en tierra entrerriana

Mucho se escribió sobre la Doctora Cecilia Grierson. Nacida en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1859, hija de Juana Duffy y Juan Grierson, primera médica de nuestro país, pionera en el campo de la obstetricia, fundadora de la Escuela de Enfermería, docente, feminista.

Sin embargo, es un escritor entrerriano quien ahondó en los detalles de su paso por nuestra tierra, donde su familia tuvo una estancia y donde comenzó a ejercer la docencia.

“Dra. Cecilia Grierson. Sus pasos por tierra entrerriana y algunos elegidos aspectos de su filantrópica vida”, es un libro escrito por el profesor Omar Gallay, oriundo de Pronunciamiento y radicado en Concepción del Uruguay.

“Hay mucha literatura sobre ella. Entonces, sabiendo que había habitado en distrito Genacito (a unos 5 km al sur de lo que hoy es Villa Mantero) en el departamento Uruguay, se me ocurrió escribir sobre eso. Allí sus padres tenían una estancia; además su tía y madrina vivió muchos años en Concepción del Uruguay”, contó al aire de Radio 12.

“A los 6 años, los padres la habían mandado a vivir con sus familiares en Buenos Aires, donde tuvo oportunidad de educarse”, cuenta el autor.

Sin embargo, las dificultades económicas generadas a partir de la revolución de 1870 y la muerte de su padre, cambiarían los planes.

“Cuando falleció su padre, muy joven, Juana quedó a cargo del establecimiento. Cecilia debió llegar a la estancia para hacerse cargo de sus hermanos, porque la madre debía administrar los bienes”.

“En ese momento, el gobierno tenía la política de sembrar de escuelas rurales toda la provincia y apoyaba las voluntades particulares para que eso ocurriera. Así fue que Juana Duffy decidió instalar una escuela en su propia estancia y nominaron a Cecilia como maestra, con 14 años. Lógicamente, por ser menor, la madre cobraba el sueldo, el que al momento de jubilarse le sirvió como aporte”, menciona el autor.

“Las dificultades económicas de los Grierson fueron resultado de las guerras jordanistas, luego del asesinato del Gral. Justo José de Urquiza. Por eso, ya de nuevo en Buenos Aires –luego de estudiar el magisterio y estar estudiando medicina- decide llevar allí a sus hermanos y a su mamá”.

De esta forma, se cierra la historia de la familia en aquella estancia de Entre Ríos, de la cual todavía se tiene registro iniciado el siglo XX, a través de sus herederos.

El libro también hace referencia al vínculo entre Cecilia Grierson y la médica uruguayense Teresa Ratto, quien fue la primera bachiller en el Colegio Nacional y a la vez la primera médica entrerriana.

“La casa de la madrina de Cecilia estaba a una cuadra y media de los Ratto, incluso Cecilia vino al homenaje que se hizo al año de su fallecimiento”, dijo Gallay sobre esa relación.

“Una persona revolucionaria”

“Fue una persona revolucionaria en su vida personal, en sus obras”, describió el Prof. Omar Gallay a Cecilia Grierson, en otro tramo de la entrevista durante el programa “Lo vi en las redes”.

Destacó “su lucha por el feminismo, algo impensado, no solo por el hecho de ingresar a la universidad que estaba vedada a las mujeres, sino que en su vida como estudiante y profesional luchó por los derechos de las mujeres. Fundó en Buenos Aires las primeras organizaciones, a la luz de lo aprendido en Europa, donde viajó en algunas oportunidades para asesorarse en la parte científica y social”.

Sobre sus últimos años, mencionó: “En sus vacaciones había establecido una casa en Cocos, provincia de Córdoba. Ya jubilada se instaló allá. Muchos años padeció cáncer de útero y por recomendación médica se trasladó a Buenos Aires donde estaba su familia, falleciendo en 1934, en el barrio de Barracas”.

Sus restos, junto a los de su familia, permanecen en el Cementerio Británico, desde donde Omar Gallay recibió una invitación para participar de un homenaje el 10 de abril próximo, al cumplirse 90 años de su partida.

A la vez, el escritor entrerriano destaca que su obra pasó “la prueba de fuego” al llegar a manos de las sobrinas nietas de Cecilia. “Recibí una respuesta muy halagadora, lo que certificó que el trabajo que hice fue responsable”.