Mano a mano con el diputado nacional. La discusión interna del Frente de Todos y el cuestionamiento a la supuesta “posición monolítica” de Juntos por el Cambio.
El encontronazo entre los votos positivos y los negativos al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de dos partes del oficialismo dejó una herida abierta que en los próximos meses podrá cerrarse o abrirse aún más. Uno de los referentes económicos del Frente de Todos (FDT) en la Cámara de Diputados, Marcelo Casaretto, conversó con El Canciller y defendió el proyecto impulsado por el Ejecutivo. “Yo hablé en el recinto y Máximo (Kirchner) no. Él escribió una carta y yo no. Cada uno se expresa de la manera que cree conveniente”, manifestó.
– ¿Cuál es tu lectura sobre el voto en contra de los 13 senadores oficialistas?
El Frente de Todos tiene distintas posiciones, todas respetables. Eso ya pasó. Cada uno tiene que hablar de sus posiciones políticas. La mía es de apoyo. Yo apoyo al Gobierno y al presidente. Naturalmente, hay otros que no tenían la misma postura. Pero la posición mayoritaria fue de apoyo: 202 votos a favor en Diputados, el 80% de la Cámara; y en el Senado 56 afirmativos, el 78%. Y hacia dentro del Frente de Todos, de los 117 diputados, 77 acompañaron; y de 35 senadores, 20 apoyaron.
– ¿El hecho de que una parte integrante de la coalición gobernante no haya acompañado no mancha el acuerdo?
No, no mancha nada. Nosotros necesitábamos que el Congreso tratara el tema. Ninguno de los 21 acuerdos anteriores con el Fondo Monetario pasó por el parlamento, ahora sí. Unánime no fue, pero la Argentina tiene una solidez muy grande al presentar un acuerdo que está aprobado por el 80% del Congreso.
– Pero quedó tensa la situación en el FDT. ¿La hipótesis de la ruptura es descabellada?
Para ver lo que pasa hoy tenemos que ver que pasaba dos años y medio atrás, cuando se armó la coalición, con una diversidad amplia. Hubo una coincidencia general, o común denominador, que era la defensa de los intereses populares para ponerle límite al crecimiento del poder económico de la derecha y a Juntos por el Cambio. Ese escenario político, ¿sigue siendo el mismo o ha cambiado? Bueno, se han adaptado a las circunstancias, pero ellos siguen siendo una opción concreta. De hecho, mantienen su caudal.
– Entonces, ¿al seguir siendo JxC una opción concreta se desestima la idea de la ruptura?
Lo que digo es que, si un diputado o senador quiere tener una posición testimonial, puede decir “voto como se me canta”. Pero el peronismo no nace para ser testimonial, nace como una opción de poder y de gobierno. Y si nosotros sacamos el 48% en 2019, el 33% en 2021 y hoy, con ese caudal, nos dividimos, ¿qué va a quedar? Un 20% para un lado y un 15% para el otro. Y ahí estaríamos en una situación de debilidad política muy fuerte. Sobre ese razonamiento, nosotros tenemos que mantener la unidad coordinando las políticas que la Argentina necesita. Después, yo no se si Alberto (Fernández) y Cristina (Kirchner) se hablan todos los días o no se hablan hace una semana. Eso me parece una cosa poco relevante.
– ¿No entorpece la dinámica interna eso?
¿Y Juntos por el Cambio cómo es? Ellos son 10 bloques diferentes que lo integran. ¿Cuándo votaron juntos? Nunca. La única vez fue para rechazar el Presupuesto.
– Con el acuerdo, en Diputados y en el Senado votaron prácticamente en conjunto…
No, en Diputados no. Porque (Fernando) Iglesias fue y habló ocho veces en comisión y después no fue a la sesión. No fueron varios y (Ricardo) López Murphy votó en contra. No hay una unidad monolítica de su parte. Lo único que los une es estar en contra de nosotros, pero no están muy acuerdo entre ellos. Por eso el PRO planteaba rechazar el acuerdo, (Gerardo) Morales dijo “la deuda la contrajimos nosotros, tenemos que tratar el tema” y (Alfredo) Cornejo fue en línea con el pensamiento del radicalismo que no es hacerse cargo de toda la gestión del macrismo. Entonces, si ellos no son lo mismo, gobiernan mal y tienen el 41% y no tienen ningún problema, ¿cuál es el problema que hay en que nosotros discutamos un poco y que se larguen dos o tres tuits entre dirigentes de un lado y del otro? Eso me parece algo totalmente menor a la luz de los desafíos políticos que tiene la Argentina.
– ¿Cómo esperás que pueda darse la convivencia entre estas partes de ahora en más, ahora que las diferencias son más manifiestas?
Bueno, son expectables. Yo hablé en el recinto y Máximo no. Él escribió una carta y yo no. Cada uno se expresa de la manera que cree conveniente. Pero nos unen más cosas que las que no. Si vamos divididos le hacemos el juego a la derecha, a los conservadores y al poder económico.