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un deber amarle y cuidarle. Él te dará su sombra, te dará sus frutos y será el calor en la chimenea ardiente de tu hogar en los largos días del invierno.
¿Piensan acaso que su débil tallo es como el de un niño a quien su madre cuida y alimenta? Mañana ese niño será hombre y ese tallo débil que hoy haz plantado, será un tronco recio a cuya sombra levantarás tu hogar. El árbol es y debe ser siempre nuestro amigo. Si le arrancas una rama es una herida que abres en su costado. No le hagas cicatrices para su vejez. Míralo siempre crecer, ayúdalo y admíralo en su crecimiento para que sea robusta su sabia que es como la sangre que da vida a nuestro ser.
Plantar árboles es sembrar los caminos de nuestra Patria, con la simiente hermosa de su verdor y de su riqueza. Plantar un árbol es plantar una vida que crece a nuestro lado y es contribuir con nuestro pequeño grano de arena al engrandecimiento de nuestro país. Sombra y perfume, madera para apoyarse y abrigo, armonía y dulzura, mástil, fuego, libro, árbol querido: bendito seas.
María Isabel Latorre