En una nueva jornada del juicio que investiga a una banda que traficaba drogas en la ciudad de Paraná, Miguel Ángel «Titi» Celis confesó ser responsable de la operación del tráfico de más de 300 kilos de marihuana que fueron secuestrados en una avioneta en un campo de Colonia Avellaneda en el año 2017.
Además implicó a José Marcial Caballero y a Luis Céparo, dos imputados en la causa, y desligó al resto de los acusados incluyendo su hermano Daniel «Tavi» Celis. Al sentarse ante el Tribunal Oral Criminal Federal (TOCF), «Titi» Celis expresó: «Me voy a hacer responsable de lo que hice. Hay personas (en la causa) que no tienen nada que ver. Somos tres. Sólo Céparo y Caballero. Los demás no tienen nada que ver».»Me hago cargo y me arrepiento de lo que hice», puntualizó. La confesión de «Titi» Celis lo deja junto a los dos acusados como los únicos responsables de la operación conocida en aquel momento como «Papá Noel» y que derivó en la intercepción de la avioneta en el campo de los hermanos Ghibaudo en Colonia Avellaneda. Resta saber qué valor le darán la Fiscalía y, finalmente, el TOCF a esta incriminación directa y la exculpación del resto de los implicados de parte de Celis. En su relato indicó que fue Caballero, quien le propuso el negocio por tener contactos en el Paraguay que proveerían la marihuana. Luego, él lo buscó a Céparo para conseguir el campo donde podría aterrizar la avioneta. Recorrieron previamente la parcela de los Ghibaudo en María Grande 2da junto a dos paraguayos (a quienes no identificó), pero finalmente se optó por el de Colonia Avellaneda para el aterrizaje. Los hermanos no estaban: fue Céparo quien abrió la tranquera para pasar. A sus socios en la actividad criminal dijo haberlos conocido en distintas circunstancias. A Caballero en la Municipalidad de San Benito y a Céparo por intermedio de un hermano con quien tenía relación previa. Luis Céparo iba a venderle un terreno, pero finalmente la operación no se concretó. En su declaración, Celis dejó sentados algunos puntos de la operación: Caballero organizó con gente de Paraguay el traslado de la marihuana. La droga, para la cual se había acordado un precio (dijo no recordar el monto exacto) se había entregado a consignación y se pagaría una vez vendida en el mercado local. Valuó el kilo de marihuana en la calle en aquellos días en unos dos mil pesos, de los cuales unos 500 pesos serían su ganancia. La mercadería iba a ser llevada a su casa por Caballero. De allí saldría a venderla a gente que conocía a través de otras personas (no identificó ni a un grupo ni a otro). Según precisó, ya tenía colocado el total. Y apuntó que esperaban 500 kilos de marihuana en la avioneta. El peso secuestrado por la Policía Federal se ubicó en 317Kg. El contacto con los Ghibaudo, dueños del campo donde bajó la avioneta, estaba a cargo de Céparo. «Titi» Celis dijo no conocer qué y cuánto habían acordado entre ellos por el uso del terreno donde se produjo el aterrizaje, porque nunca charló con los hermanos. Precisó, sin embargo, que la parte de Céparo serían unos 20 ó 30 mil pesos y que Caballero habría arreglado su tajada con los paraguayos. La operación de la «narcoavioneta» corrió por cuenta de ellos tres. «Tavi» Celis, sindicado como el jefe de la organización, no le dio órdenes al respecto, apunto. En su ampliación de indagatoria apuntó también que el Cesna utilizado en el traslado del estupefaciente tenía suficiente combustible para retornar al Paraguay. Con esto, intentó echar por tierra con las implicaciones de otros imputados, a quienes la fiscalía acusa de haber buscado proveer de nafta de alto octanaje a la banda para repostar la aeronave. A diferencia de su hermano «Tavi», aseguró que no tiene interés por la política y que nunca participó del Movimiento Vecinalista del Oeste, la organización creada por Daniel Celis para extender su influencia en la zona occidental de Paraná y que participó activamente de la campaña a la intendencia de Sergio Varisco (Cambiemos). Ante la consulta del Tribunal, asintió que tanto él como Caballero y Céparo eran «novatos» en el tráfico. Esto hizo ruido con los contactos que dijo que Caballero tenía en el Paraguay con el narcotráfico y con la supuesta facilidad que tendría para ubicar en una semana tanta cantidad de marihuana. En su ampliación de indagatoria, una instancia de defensa donde el acusado, a diferencia de los testigos, no está obligado a decir la verdad, «Titi» también consignó que la relación con «Tavi» era «de hermanos» y comentó también que ambos se dedican a lo mismo: la venta de verduras, por lo que suelen hacer viajes juntos al mercado concentrador de Santa Fe. Ante el interrogatorio de Fiscalía, «Titi» se despegó de escuchas donde supuestamente se lo incrimina más a fondo en el narcotráfico. Se trataba de una charla entre Julio César Vartorelli y Jonatan Romero en la que mencionan que «Titi» podía proveer de «pintura blanca». «Me dicen Titi ? respondió (en la identificación había negado ese apodo) ? pero no soy el único Titi de Paraná». En la hora larga en la que estuvo declarando, dejó sentado además que con Luciana Lemos, la ex de su hermano «Tavi», tenía una relación normal de cuñados y que no sabía dónde se habrían refugiado los pilotos de la aeronave, indica el sitio APF.