La conductora de Desayuno dice que le incomoda tomar posturas políticas pero que no tiene preferencias. Confiesa que con su marido, Daniel Vila, buscan ensamblar la familia.
Daniel (Vila) es una persona que me escucha. Muchas veces no pensamos parecido, y está buenísimo. El tiene su mirada, tampoco se la voy a discutir, porque le va como le va por las decisiones que toma. Tiene una visión más macro y yo por ahí hablo con el corazón. Más allá de que tengo un programa exitoso y un buen sueldo, me sigo metiendo en Once y caminando la realidad con mis amigas. Me doy cuenta de otras cosas. Tengo una visión que en otros niveles no la tienen”, asegura Pamela David, quien hace más de 15 años vino de Santiago del Estero a estudiar y hoy se destaca al frente de Desayuno americano, ciclo con el que muchas veces dominan las mañanas. La pareja del dueño del multimedios América y madre de Lola (3) y Felipe (8), hace menos de un mes se recibió de periodista, aunque en el medio se nutrió como participante de un reality, vedette, modelo y hasta hizo el doblaje de una serie animada Pamela Anderson en MTV, por más que deteste su timbre de voz.
—¿Alguna vez perdiste contacto con la realidad?
—Nunca, y no me obligo a hacerlo. Es lo natural. A veces me falta el tiempo, porque eso sí cambia cuando tenés una familia o trabajos de mucha demanda.
—¿Volvés seguido a Santiago del Estero?
—No, porque Daniel tiene a su hija de 12 años en Mendoza. Desde que estamos juntos él se vino a vivir acá, sobre todo para apoyarme en mi carrera. Lo menos que puedo hacer es acompañarlo todos los fines de semana para terminar de ensamblar nuestra familia. Mi papá viene seguido para Buenos Aires y estoy en contacto aunque sea por mensaje con mi tío. Santiago está mucho mejor, no tengo problemas en decirlo. La gente me dice: “No te olvides de tus raíces y votá a Scioli, porque Zamora hizo las cosas bien”. Sí, Zamora hizo las cosas bien, pero Scioli las hizo mal. No estoy con nadie, a nadie le debo un peso.
—¿Por qué creés que Scioli no fue a tu programa?
—¿A cuántos programas va de gente que no lo vota? ¿Será un programa demasiado humilde? Se lo invita, pero tampoco va a todos lados, ¿o sí? Bueno, a AM fue (ríe).
—¿Qué te pasa con la política?
—Me incomoda tomar postura. Me da impotencia la mentira, en esto sí tengo que estar preparada, porque los políticos se entrenan para no responder.
—Cuando arrancaron con “Desayuno” tuvieron que enfrentarse a programas instalados como “AM” y hoy muchas veces les ganan el rating. ¿Qué cambió?
—Crecimos. Arrancamos muy rápido y como todas las cosas que se dan así, faltaba preparación. Yo soy un buen ejemplo. No es igual mi tarea que la que hacía en 2011, no soy la misma. Me sentía insegura, un furcio al aire me tenía una semana enroscada. También el ciclo era más light y hoy está más comprometido.
—Este año condujiste el debate de “Gran Hermano” que tuvo desde violencia de género a un participante acusado de estafa. ¿Están más duros los realitys?
—No. Por suerte hoy tenemos otra conciencia. Antes pasaban cosas tremendas que no eran mal vistas. Hoy, no dejamos pasar ni un insulto, ni nada.
— ¿Te hubiera gustado que hubiera moderadoras en “Argentina debate”?
—Para mí estuvo bien. Tampoco podemos tirarnos a menos imponiendo que nos pongan en un lugar. No me gusta cuando exigimos, porque nos ubicamos por debajo del hombre. Si en definitiva, al lugar nos lo ganamos siempre.