Se trata de Nicolás Martínez condenado por el doble crimen de Adrián Rivero y su abuela Nelly Akrich, ocurrido el 16 de diciembre de 2009. Días pasados, Luis María Haddad, representante legal Nicolás Martínez, había solicitado se otorgue la prisión domiciliaria, al autor de uno de los crímenes que más conmocionó a la comunidad uruguayense. En
la madrugada del 16 de diciembre Martínez, ingresó al domicilio ubicado en Ameghino 31 donde vivían Adrián Rivero, de 23 años, y su abuela, Nelly Akrich, de 88, a los que asesinó a puñaladas para luego incendiar la vivienda. Los bomberos que concurrieron al lugar descubrieron los cuerpos dentro de la casa y dieron aviso a la policía. Rápidamente se llegó a la detención de Martínez, quien era «amigo» de Rivero.
A principios de 2011, Martínez fue llevado a juicio y condenado a prisión perpetua. A poco de cumplirse los 3 años del veredicto, sus familiares mediante el abogado defensor solicitaron la prisión domiciliaria. En los fundamentos se indica que a Martínez se le diagnosticó la enfermedad de esquizofrenia, lo que se manifiesta con brotes psicóticos, lo cual demanda una atención más adecuada que la brindada en la Unidad Penal Nº4, donde purga su condena. A pesar de estos fundamentos las autoridades judiciales no hicieron lugar al pedido, rechazando la solicitud de detención domiciliaria presentada por el defensor de Martínez. De este modo, el autor de uno de los hechos más aberrante de la historia de nuestra ciudad, deberá sobrellevar su enfermedad, bajo atención médica en la cárcel de Concepción del Uruguay.