La historia de Abelardo L. Rodríguez, Bugsy Siegel, Virginia Hill y Meyer Lansky forman los cuatro capítulos de Embajadores de la mafia, que estrena esta noche. Por un tema de costos, grabaron en Rosario, Tucumán y Buenos Aires.
La primera plana de los diarios más importantes de México: Reforma, Excélsior y El Universal titulan sobre el escándalo de corrupción que involucra a varios jueces federales, magistrados y funcionarios que habrían protegido al llamado “zar de los casinos” Juan José Rojas Carmona, exitoso empresario mexicano, con innumerables casas de apuesta en territorio azteca. En DF, las noticias sobre drogas y narcos suelen ocupar espacio en todos los medios, de hecho, las tapas de mayo mencionan el proceso de prisión que pesa sobre el Chapo Guzmán, narcotraficante líder del cartel de Sinaloa, detenido hace tres meses.
Justamente, el juego, en primera instancia, y luego los comienzos de la comercialización ilegal de drogas en la primera mitad del siglo XX, por parte de la búsqueda de expansión territorial de la Cosa Nostra en un cónclave en La Habana, son dos de los tres ejes principales que retrata Embajadores de la mafia, el docudrama de History Channel que esta noche, a las 21, estrena su primer capítulo (cuatro en total). “Habla de cuatro personajes importantes que iniciaron la cadena hasta llegar al narcotráfico: Abelardo L. Rodríguez, que pasó de ser un policía de frontera quien, mediante la corrupción de contrabando de alcohol por la Ley seca en Estados Unidos, se convirtió en millonario del juego y en un político que terminó siendo gobernador de Baja California y, finalmente, presidente de México. Bugsy Siegel: el primero de la mafia italiana que ve las drogas como el nuevo negocio millonario para las arcas de las familias, y el mentor de Las Vegas para lavar el dinero que provenía de las drogas. Virginia Hill, amante de Siegel, quien pasa de ser una camarera donde asiste Al Capone a una de las mujeres más poderosas. Y Meyer Lansky, el cerebro de los negocios de la Cosa Nostra”, adelanta Daniel Laje, vicepresidente de Producción Original de History Channel, tras el lanzamiento del programa en el Gran Hotel de México DF, ubicado a pasos de El Zócalo.
Beneficiados por el cambio y la devaluación, la serie fue grabada durante un mes y medio en Tucumán, Rosario y periferia de Buenos Aires, eclipsó a 220 trabajadores entre técnica, producción, protagonistas y extras y aterriza en un momento en el que las historias sobre el narcotráfico están en auge, impulsadas por el éxito de Escobar, el patrón del mal. “No somos oportunistas ni especulamos con la temática en base al rating. Este proyecto lleva dos años, triplicamos el presupuesto, aunque es cierto que el público se va a conectar porque son cuestiones que siguen vigentes lamentablemente en Latinoamérica. En Argentina, el narcotráfico creció mucho en el último año. Al inicio de los guiones, ni se conocía la actualidad narco que pasa en Rosario”, responde César Coletti, vicepresidente de marketing del canal. Y agrega: “La gente se engancha con este tipo de historias como sucedió con Los Borgias o Los Sopranos, pero al ser algo que sucedió realmente en la región el televidente tendrá una conexión natural. Cada personaje se puede reflejar o comparar con mafiosos en la historia de cada país, incluso de Argentina”.
La investigación para realizar los guiones provienen de los libros y testimonios de prestigiosos historiadores, escritores, periodistas: Robert Lacey (Inglaterra), Tim Newark (Inglaterra), Juan Alberto Cedillo (México), José Alfredo Gómez Estrada (México), Paul J. Vanderwood (USA), Enrique Cirules (Cuba) y Martin Grosch (USA). “Este proyecto tiene 90% de credibilidad porque se pierden algunas cuestiones al ficcionalizarlo”, le responde Gómez Estrada a PERFIL, profesor de la Universidad de Baja California. “Hoy, lo que más se comercializa no es la cocaína, sino la marihuana”, afirma, y sostiene que históricamente los narcotraficantes “necesitan de la protección de personas gubernamentales para sostenerse. Es un comercio importante, de muchos millones de dólares, y los funcionarios aceptan por tentación o por amenazas. Eso mismo debe pasar en estos momentos en Argentina”. ¿Se puede erradicar el narcotráfico? Gómez Estrada sentencia: “No, porque los gobiernos prefieren tenerlo en lo ilegal. Si se legaliza, tendrían un problema severo con la salud pública”. El periodista Francisco Cruz Jiménez cierra: “En México, estamos huérfanos en muchos aspectos. Si hay un presidente corrupto o narco o juez, hay que decirlo: son corruptos”.
*Enviado especial a México DF.