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Andrea Hassen
Cuando pienso
en el camino recorrido, político y personal, advierto que siempre está faltando
algo aún más importante de lo actuado y gestionado. Esa sensación de
responsabilidad permanente con nuestros vecinos uruguayenses, sus necesidades
y el desafío de un futuro mucho mejor, seguramente me acompañen más allá
del 10 de diciembre próximo, cuando haya terminado mi función como concejal.
En estos años como servidora pública la construcción ha sido el eje conductor de gestión, a través del diálogo sobre todo. Con mucha alegría este año, luego de un arduo trabajo dentro de la Comisión de Asuntos Institucionales y Legislativos, que presido desde 2016, con el acompañamiento de asesores legales y los Papás de Micaela García, hemos aprobado la adhesión a la Ley Micaela (Ley Nº27.499, Ordenanza Nº10.434), incorporando en el articulado además, una operatividad propia para nuestro Municipio, que garantizará su aplicación independientemente del gobierno de turno. La cuestión de género, en mi modo de ver, no es una «moda», o un tema pasajero, es poner en una nueva perspectiva la visión del mundo, asumir la cultura desde la desconstrucción de patrones que nos trajeron hasta estos tiempos, con mucha inequidad para las mujeres y una lucha profunda de valores y espacios que debemos conquistar y seguir persiguiendo, aún hoy.
Quizás para muchos, insisto, sea un discurso, o un estado mental colectivo actual, pero no, es mucho más que eso, es unir todas las voces en un mismo nivel y todas la manos en una misma dirección. El Gobierno de Mauricio Macri tomó la decisión de volver a medir la violencia y reconstruir una estadística provincia por provincia. Desde 2008 y hasta 2015 no había estadísticas criminales de ningún delito y junto con Naciones Unidas se reconstruyeron estos datos donde se lograron identificar los casos de femicidios.