Veinticinco argentinos ganaron la liga esta temporada, tomando en cuenta las cincuenta federaciones mejor ubicadas en el ranking FIFA. Historias grandes, historias mínimas.
El Parque de los Príncipes tiene a su príncipe. No nació en París ni porta la nomenclatura que distingue a la alcurnia. El héroe tercermundista, incluso, podría prescindir del nombre y el apellido. “Pochó”, acentúa mal el presentador. Ezequiel Lavezzi es el príncipe redimido, el atorrante que le toca la cabeza al poder; cuando subió al escenario para recibir su medalla le frotó la cabeza a Fréderéc Thiriez, el presidente de la Liga Profesional de Francia. Los hinchas se ríen; también Thiriez. Lavezzi es el barrio en medio de la ciudad que se jacta de su glamour. Nacido y criado en una zona baja de Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe, tiene pretendido look de chico malo, con un revólver tatuado en la cintura. Su sonrisa lo desmiente. Es imposible creerle la cáscara. Pura piel; piel con lo hinchas, que lo escuchan trastabillar palabras en francés. De fondo, sus compañeros se divierten. Lavezzi duda entre seguir o entregarse a las bromas. “Nosotros tenemos un equipo que es muy, es muy”, dice en francés. Enfundado en una bandera argentina, Lavezzi no aguanta y de pronto es el barrio, los amigos, un asado con vino, un príncipe indómito, visceral, sin protocolo, guionado por una mano popular que piensa en la justicia poética: “La concha de su madre”, lanza en un grito. Y todo el estadio se rinde a sus pies.
Lavezzi es uno de los 25 argentinos campeones del mundo de esta temporada en diferentes ligas, tomando en cuenta a las cincuenta federaciones mejor ubicadas en el ranking FIFA. Antes de Brasil 2014, la colección de vueltas olímpicas incluye a Kun Agüero, Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, todos en el Manchester City y, por supuesto, a Lavezzi. Los cuatro están en la lista de 26 de Sabella, que tiene tiempo hasta el 2 de junio para entregar la planilla definitiva de 23.
Il signore. Para el pueblo el jugador del pueblo. Carlos Tevez es el elegido por los hinchas de la Juventus como el MVP (el jugador más valioso, según las siglas en inglés). Si Tevez tuviera facilidad para los idiomas sería políglota. Acostumbrado a los discursos de festejo, fuera del país se consagró con el brasileño Corinthians, los ingleses Manchester United y City y ahora con el más prestigioso equipo italiano. En un cocoliche que discurría entre el agradecimiento y la promesa de continuidad, Tevez era la palabra final de una temporada demoledora: la Juve ganó el título con 17 puntos de ventaja sobre la Roma. El gladiador preferido de ese Coliseo devenido estadio de la Vecchia Signora es el más aplaudido.
“No puedo llamar a Sabella para convencerlo”, había dicho antes de ser campeón. Sin embargo, más allá de Brasil, Tevez también es parte de la bandera del fútbol nacional 2014 que flamea en el exterior.
Vestido de gala. El presidente de los ignotos argentinos campeones de este año es Franco Armani. Los propios hinchas de Ferro tienen que hacer memoria para ubicar a este arquero surgido en el club de Caballito. “Héroe”, repitieron sin originalidad los medios colombianos. El arquero atajó dos penales en la definición ante Junior de Barranquilla y elevó a Atlético Nacional de Medellín al cielo de los campeones. Su nombre no pasa inadvertido en Colombia desde que marcó una fecha en el calendario: el 2 de octubre del año pasado Armani alcanzó el récord de permanecer invicto durante 1.046 minutos.
¿Cómo se llaman? De la lista de los 26 campeones hay ganadores silenciosos. Jugadores que no cuentan en la galería de ídolos de las hinchadas argentinas. Matías Suárez jugó en Belgrano y ya lleva seis años en Bélgica, donde se acaba de consagrar con el Anderlecht. Perdidas sus huellas de las rutas argentinas, el delantero cordobés acumula 66 goles en el país de los Diablos Rojos.
Nicolás Gorosito, en Eslovaquia, Javier López, en Venezuela, y David León, en Panamá, también son embajadores anónimos de la patria futbolera. Esos que en la esquina del Mundial, ya levantaron la copa.
Brasileños imparables
El país más campeón del mundo refrendó sus títulos con embajadores vestidos con 16 camisetas. Brasil, el pentacampeón, este año ya diseminó cuarenta futbolistas con títulos por el planeta fútbol, dentro del ranking FIFA de las primeras cincuenta federaciones. Más que los argentinos, sí.
Los campeones se distribuyen como fichitas de TEG entre Inglaterra, Francia, Ucrania, Rusia, Croacia, Suecia, Eslovenia, España, Alemania, Italia, Grecia, Honduras, Rumania, Irán, Turquía y Austria.
Los brasileños se coronaron no sólo en las principales ligas, sino también en lugares remotos o distantes de su cultura, una costumbre que ahora se repite pero que diez años atrás no existía. Un detalle llamativo: once futbolistas brasileños –un equipo completo– levantaron la copa con el Shakhtar Donetsk, de Ucrania.
En otro caso inédito, la mirada se corre hacia Oriente. En la Liga iraní, cuatro brasileños fueron campeones con el Foolad Khuzestan.