Por Gustavo Méndez
La conductora de Desayuno americano dice que prefiere trabajar aunque su marido, Daniel Vila, puede mantenerla. Confiesa que, en general, asocia la política con la corrupción. Su papá es candidato.
Todo lo que me sucede profesionalmente y personalmente ya excede mis sueños hace tiempo”. Pamela David, 35 años, acaba de finalizar un nuevo programa de Desayuno americano, que conduce en las mañanas de América TV, emisora de su pareja, Daniel Vila, y pide a PERFIL un ratito para cambiarse en su oficina. Tras 15 minutos, aparece en los pasillos del canal con la marca personal de sus asistentes de estética.
—Hoy, si quisieras, tenés la posibilidad de no trabajar.
—Sí, no te voy a negar que tengo una tranquilidad económica que antes no tenía, pero no puedo quedarme en mi casa rascándome, no me gusta. Necesito trabajar, tengo mis cuentas, ayudo a mi mamá que vive en mi departamento de soltera acá en Buenos Aires, y la voy a mudar a uno más grande. Daniel me dice: “Dejate de romper las bolas y decime qué necesitás”. Sé que cuento con el hombre que me puede dar lo que necesito, pero le digo que no. Tengo mis curritos con Leandro (Rud), y sigo llegando sola a fin de mes.
—¿Cómo ves la competencia con “AM” (Tefele), “Qué mañana” (Canal 9) y “Nosotros al mediodía” (El Trece)?
—Me importa el rating, lo miro, pero no me interesa ganarle a AM, Qué mañana o a Doman. Tenemos diferentes públicos. Nosotros empezamos en 2011 en una mañana de América apagada, y promediamos 3 puntos.
—¿Es redituable “Desayuno”?
—Sí. Siempre fue redituable, tiene toda la tanda vendida, hay tres cortes y muchos auspiciantes desde que empezamos. Económicamente le va bárbaro. Yo no me entero cuánto. No voy a comisión.
El ritual familiar es el desayuno, previo a que David lleve a Felipe Lábaque (7) al colegio San Martín de Tours. Está Daniel y sus hijos Feli y Lola Vila (2). “A Feli le gusta leer los diarios. Le llama mucho la atención lo terrible de la inseguridad. Me pregunta por qué no atrapan a las personas”. Para las cuestiones sobre sexo lo resolvió fácil: “Le regalé dos libros buenísimos: Mi familia es de otro mundo y ¿Qué es esto? de Cecilia Blanco. Te explican todo, desde la concepción de un bebé, y en dibujitos están los papás en una cama, te dice cómo tienen sexo, está el pene, la vagina. Está genial.”
—¿Dejarías a tu hija para ver a un novio como hizo Eugenia Suárez?
—No. Yo no podría. Pero a la China no la voy a juzgar porque él (Nicolás Cabré) no dejó que la llevara, y es feo cuando toman a los hijos de rehén. Tal vez es una manera de él para cortarle la posibilidad del amor. La primera vez que dejé a Feli solo fue cuando él tenía tres años y medio. Fue terrible. Viajé contratada por Quilmes al Mundial de Sudáfrica. Volvía entre partido y partido.
Nació en Córdoba pero sus padres se mudaron a Santiago del Estero, ciudad a la que hoy dice regresar poco. Su padre, Alberto David, productor de programas de TV, es quien viene a visitarla junto a sus cuatro hermanos.
—¿Serías gobernadora de Santiago?
—Yo asocio la política con la corrupción, sé que no es así, que hay gente honesta, trabajadora, pero no es algo con lo que me sienta identificada, también existe la gente honesta que quiere que cambien las cosas. No está en mis planes. Si me tocaran con la varita, de imaginarme en ese puesto me encantaría desde ahí repartir. A Santiago le faltan muchas cosas, y está mejor que en los años de los Juárez.
—¿Nunca militaste?
—Nada.
—¿Tus padres?
—Tampoco. Mi papá, Alberto, era apolítico y hace poco le ofrecieron presentarse como concejal en la capital y aceptó. Mi papá no tiene un mango, porque es proporcional a su honestidad. Le digo que tenga cuidado, que no lo lastimen. Por suerte va con un partido (Frente Cruzada Santiagueña) de Francisco “Pancho” Cavaloti, una gran persona y muy honesta. A mi papá le pegó duro lo de mi hermano, Franquito, que cayó en las drogas hace siete años. Lo traje para que se rehabilitara en Buenos Aires, y mi papá lo sufrió mucho, y cuando se lo ofrecieron se le vinieron esos momentos horribles a la cabeza. Está a full haciendo campaña, y si logra meterse como concejal su objetivo principal es combatir las drogas. Así que lo apoyo a morir.
—¿Está complicado el tema narcotráfico en Santiago?
—Sí. Además no hay centros de rehabilitación, sólo hay uno y no es de lo mejor. A mi hermano lo trajimos acá. Sé que hay mucha droga.
Le reza a Dios y a San Cayetano
Pamela David regresó hace poco más de un mes de sus vacaciones en Roma junto a su hija, Lola, y su marido, Daniel Vila. Dice que no sacó cita con el Papa Francisco porque “pensaba que era más difícil. Al volver me arrepentí de no haber averiguado y pedirla”. La ex modelo y vedette cuenta que es católica y que todas las noches reza acompañada por Felipe: “Le rezo a Dios, y le agradezco mucho a San Cayetano”. David Confiesa que con el empresario Daniel Vila al principio de la relación, hace cuatro años, “hablábamos más de televisión, pero ahora preferimos hablar de otras cosas”.
—¿Le diste laburo a mucha gente en el canal?
—A nadie. No decido quién toma gente, soy contratada por Jotax Producciones. Si me piden consejos, doy una mano desde ese lado. Te juro que al salir del canal hay mucha gente pidiendo trabajo, no solamente a mí, sino a Jorge (Rial) y a otros conductores, y eso me angustia muchísimo. Eso es el reflejo de la actualidad. Mucha gente se está quedando sin laburo.